Capítulo 38.

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Cuando se pasa teniendo buenos momentos, el sol y la luna pasan tan rápido por el cielo que uno apenas los aprecia...

-¿Te estás durmiendo?- se levantó de la cama y ella cayó de costado en la cama. Gerard la miraba indignado por ignorar su película favorita. -¿No te gusta?-

-Es muy lenta ¿Cuándo llega la pelea?- volvió a sentarse en la cama y bufó.

-Justo ahora- sentenció y se arrodilló en el colchón mientras le hacía cosquillas por el cuello y las costillas.

Lily rió tan fuerte que llamó la atención de Emma que estaba llegando de su trabajo en ese mismo momento. Acercó el oído a la puerta y solo escuchaba las risas y los quejidos de la cama. Golpeó la puerta y las risas pararon. Adentro la joven pareja se detuvo y después de escuchar a Emma preguntar qué era tan gracioso Gerard se escondió debajo de la cama mientras Lily abría la puerta.



Fuera del edificio educativo todo el suelo estaba cubierto de blanco y los copos seguían cayendo sobre las melenas y las capuchas de los estudiantes. Evan sacudió la cabeza una vez que entró. Saludó a varias personas en el pasillo pero solo se le dibujó una gran sonrisa cuando vio a su novia y desapareció cuando notó que hablaba con Ed, el mujeriego de su clase. Apresuró el paso y se unió a la conversación abrazando a Lily por los hombros. Solo hizo falta una mirada cargada de odio al musculoso chico para que se fuera.

-Solo me estaba preguntando sobre un tema de biología que no entiende.

-Da igual, que me lo pregunte a mí.- miró la chaqueta de jean claro y se dio cuenta lo holgada que le quedaba. -¿Y esa chaqueta?

–De mi padre, es la única que me abriga con este frío- se abrazó a sí misma.

Si no le hubiera tirado un cuarto de su perfume antes de salir de casa, Evan habría notado el aroma a humo de cigarrillo mezclado con una colonia dulce. La misma que usaba el chico de cabello negro y ojos verdes que pasaba en ese momento frente a ellos.



Gerard levantó la cabeza de golpe y los mechones mojados de sudor abandonaron su frente a la vez que la luz del flash iluminaba su pálida piel. La temperatura en el sótano era el doble que afuera debido al energético ensayo y las luces alrededor de la banda que le daban la iluminación perfecta a Lily para que las fotos salieran increíbles. Maddi mecía la cabeza al ritmo de la batería mientras bebía a sorbos de una lata de cerveza. Fue con la excusa de ayudarla pero solo miraba a Mikey tocar.

-Dejame ver- pidió Gerard al término de una canción. –Eres realmente buena.- agarró el mentón de la chica y le plantó un beso en los labios.

-Ya vengo- dijo Frank, Ray y Bob se miraron al darse cuenta de la incomodidad de su amigo.

-Hagamos algunas posando, no importa el sudor- dijo levantando la cámara hacia Bob. –Me encanta, quedaran increíbles cuando quieran promocionar la banda.- parecía que no había manera de que Gerard dejara de sonreír o de mirar a Lily.



Los gritos de las personas eran igual de fuertes en ambas tribunas. El marcador no se había movido y ya corrían los últimos minutos del segundo tiempo. Lily estaba a pocos metros de la familia de Evan acompañada de sus amigas. Era la única que no mostraba emoción por el juego. Solo seguía con la mirada a su novio correr de un lado a otro de la cancha. Cuarenta y cinco minutos. El arquero del equipo contrario pateó y la pelota voló hasta chocar contra el pecho de Evan. Él empezó a correr con la pelota a sus pies, esquivó a varios contrincantes, se la pasó a uno de sus amigos y la recuperó estando a tres metros del arco. Pateó con todas sus fuerzas y la tribuna donde estaba Lily estalló en gritos de triunfo y aplausos. Él corrió hasta quedar frente a Lily, la señaló con un dedo e hizo un corazón con sus manos. Ahora eran Annie y Giselle que gritaban mientras su amiga se sonrojaba y sonreía.



Going to Pasalacqua TERMINADAWhere stories live. Discover now