Capítulo 27.

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Al otro día llovía, más bien, parecía que el cielo se caía a montones de agua. Gerard miraba la lluvia caer por la ventana mientras un enfermero medía su presión y su temperatura. Lily miraba la ventana del aula mientras se acercaba la hora de salir. Con suerte lo único seco que tendría al llegar al hospital serían los pies por las botas de lluvia. Sonó la campana, salió junto a Maddi hasta la entrada del colegio y se quedó mirando la lluvia, parecía que nunca iba a parar.

-¿Te llevo?- preguntó su amiga sacando un par de llaves pequeñas del bolsillo de la mochila.

-¿Puedes conducir con esta lluvia?

-Con este clima tuve mi primera clase, mi papá dice que hay que aprender desde lo más difícil así el resto es sencillo.

-No voy a casa- explicó encogiéndose de hombros.

-Te llevo, no cobro caro- bromeó.

-¿A dónde?- dijo poniendo en marcha el auto.

-Al hospital.

-¿En verdad estás yendo al hospital?- dijo revisando los espejos.

Puso primera, giró el volante y lentamente empezaron a avanzar.

-Sí, tengo que visitar a alguien.- dijo vigilando cada movimiento de su amiga, le asustaba un poco estar arriba del auto de alguien que todavía no terminaba de aprender.

-Cuanto misterio, debe ser alguien importante para que no quieras decirle a Evan. Por eso no creí que en verdad estuvieras yendo.

-¿Qué creíste?

-Que lo engañabas- Lily alzo las cejas, por suerte Maddi estaba muy concentrada en no chocar ni atropellar a nadie como para verla. –Dale, dime a quien estás viendo. Sabes que soy una tumba con todo lo que me dices.

–Estoy yendo a visitar a Gerard- clavó los frenos y casi chocan la cabeza contra el parabrisas.

-¡¿Cómo que a Gerard?! ¿Qué le pasó? ¿Cuándo volvieron a hablar?

-Seguí conduciendo o nos van a chocar- su amiga obedeció. –Tuvo una sobredosis de drogas. Ya está bien, solo fue un susto.- pensó por un segundo que fue uno de los peores sustos que tuvo en su vida. –Justo fue el día que fui a ver a Evan a su casa así que tuve que ir al hospital de vestido.

-Qué bizarro. ¿Cómo está ahora?

-Ayer estaba mucho mejor, hablamos un poco de todo para ponernos al día. Parece que no es la primera vez que se deprime y termina haciendo estás cosas.

-¿Segura que fue una sobredosis y no un intento de suicidio?

Le encantaba y asustaba en partes iguales eso de Maddi, podía decirle dos cosas y sacaba conclusiones tan acertadas que parecía que le había contado todos los detalles.

-Puede ser-. 

-Pobre, debió haber pasado algo grave para querer tomar esa decisión.

-No te conté pero... lo vi unos días antes de que pasara. Estaba borracho o drogado, no sé. La cuestión es que era otra persona.- le incomodaba no poder decirle todo . –Evan también lo vio y no le gustó nada.

-Creo que Evan odia a todos los chicos que se te acerquen que no sean sus amigos. Entiendo que no quieras que sepa. Se pondría como loco de los celos si sabe. Yo puedo acompañarte o traerte si es que está lloviendo. Me gusta que hayan vuelto a hablar. Ahora entiendo un poco por qué ese cambio de look.

-No tiene nada que ver.

-¿Segura?- asintió. –Ok- llegaron al hospital.-Todavía no sé estacionar así que vas a tener que bajar acá- abrió la puerta y antes de bajar abrió el paragua. –Mandale un saludo.

Going to Pasalacqua TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora