Capítulo 14.

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El ambiente en el colegio había cambiado por completo desde que ya no se hablaba de Andrew. Era como si nadie lo hubiera conocido. Sus amigos seguían siendo el grupo popular al que todos adoraban pero sin una cara particular que guiaba al resto. Annie y Giselle se la pasaban con ellos en los recreos ya que Annie había oficializado su noviazgo con Peter y su amiga quería lograr lo mismo con alguno de sus amigos. Por eso Lily pasaba más tiempo, a solas, con Maddi en los recreos. Su amiga le contó del chico que conoció en la librería a la que iba siempre con su madre.

-¿Cómo se llama?

-Mike creo que era- se llevó las manos a la frente. –Soy muy mala para recordar los nombres.

-Está bien, tampoco creo que él lo recuerde si es que se vuelven a encontrar ¿por qué le dijiste eso?

-Me pareció genial para parecer interesante.

Lily rió. No podía creer las ocurrencias que tenía su amiga.

-Cambiando de tema ¿cómo va todo con Gerard?

-¿De qué hablas?

-¿Ya están saliendo? Si quiere puede venir acá con nosotras, a mí no me molesta.

-No- se rió. -¿Por qué insistes con eso?

-Porque desde que hablan te veo distinta, creo que te hace bien ¿segura que no te gusta?- ella no contestó. -¿Te gusta?- los ojos de Maddi brillaron de esperanza.

-No sé, es lindo y la paso bien con él- Lily miró al frente pensando en los buenos momentos con Gerard. –Pero a veces me siento una tonta al lado de él. Sabe mucho de todo y siempre sabe que decir para hacerme sentir bien. Es como si hablara con alguien mucho más grande.

-¿Y?

-No creo que le guste, o si saliéramos le aburriría al instante.

-Eres la chica más genial que conozco y también muy madura e inteligente. Estoy segura que le gustas a Gerard. Más de una vez me di cuenta cómo te mira cuando estás distraída.

-¿Cómo?

Maddi dudó en contestar pero no tenía un ejemplo mejor para demostrarlo.

-Como yo miraba a Andy.

-Ay, Maddi- abrazó a su amiga.

Entendió perfectamente de qué hablaba. Le costaba creer que él la mirara así pero tal vez tenía razón. Nunca un chico se había preocupado tanto por ella como él en esas semanas. Siempre le mandaba mensajes y hablaban por horas. Cuando ella se enojó, él hizo todo lo posible para que hablaran y aclarar el mal entendido. Dejó a sus amigos a mitad de un ensayo para verla. Había probabilidades de que ambos se gustaran pero no se sentía preparada para decírselo. No se conocían mucho y no quería tener que lidiar con un rechazo, además de que no quería que dejaran de hablar.

A la salida, Maddi y ella fueron las últimas en salir del salón. Gerard la esperaba en el pasillo y se unió a ellas en el camino a la salida del colegio. Sacó un manojo de llaves del bolsillo de la chaqueta y le ofreció a Lily llevarla a su casa. Ella intercambió una mirada cómplice con su amiga y le preguntó a Gerard si podía llevarlas a las dos y dejar a Maddi en su casa. Él no lo dudó, no podía negarse a esos ojos oscuros y brillantes. Maddi subió en el asiento de atrás, Lily en el de adelante y Gerard en el asiento del conductor. De camino a casa de Maddi prendieron la radio y hablaron de lo aburrido que estuvo la mañana. En un momento empezó a sonar una canción que a Maddi y Lily les encantaba. La primera empezó a cantar muy motivada, ella quería acompañarla pero le avergonzaba que Gerard la juzgara.

-¡Dale Lily esta es tu parte!- la motivó aún más Maddi.

Ella empezó a cantar, cerrando los ojos y usando su mano cerrada en un puño como un micrófono. No cantaba mal pero tampoco creía que tenía el talento para dedicarse al canto. Abrió los ojos cuando terminó y él la miraba con una sonrisa.

Going to Pasalacqua TERMINADAOnde histórias criam vida. Descubra agora