Capítulo 21.

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Ya se cumplía una semana desde que Lily y Evan estaban juntos. Eran una de las parejas más envidiadas en el colegio. En su mayoría por las chicas que los veían juntos en los recreos. A más de una le gustaría ocupar el lugar que tenía Lily solo para que él las llevara de la mano por los pasillos y sonriera como tonto cuando la veía. Además de que todas estas chicas estaban fascinadas por el chico de rizos dorados y sonrisa perfecta. Otras se preguntaban cómo era posible que una chica como Lily le haya llamado la atención. Los chicos del colegio recién repararon en mirarla después de esa declaración a mitad del recreo, antes de eso apenas la conocían sus compañeros de curso y los amigos de Andrew. Ella no prestaba atención a las miradas que los seguían cuando estaban juntos. Evan si y lo disfrutaba, como disfrutaba subir fotos a su cuenta de Instagram de los dos junto a un epígrafe seudopoético, o besarla apasionadamente cuando veía que algún chico la miraba demasiado.

Annie era quien más feliz estaba por ellos, todas las mañanas le daba consejos a su amiga para que se viera hermosa para él o hiciera cosas que a él le agradaran como las muestras de amor por redes sociales. A Lily no le interesaba, por las mañanas apenas tenía ganas de levantarse y no iba a agregar tener que maquillarse a su rutina. Giselle era una de las chicas que envidiaban la relación, según ella "envidia sana" pero más de una vez le reprochó a Annie que le haya hablado siempre de Lily a Evan y no de ella. Además era de las que veía a su amiga como una chica demasiado aburrida para estar con un chico como él. Maddi ya miraba con mejores ojos la relación, veía en Evan ganas genuinas de querer cuidar a su amiga y eso la dejaba tranquila.

Pese a todas las opiniones que recibía Lily de los demás o las constantes muestras de afecto de Evan por momentos se sentía agobiada. No estaba acostumbrada a recibir tanta atención y de repente tenía a alguien que le hablaba todo el tiempo o quería verla cuando ella lo único que quería era tener un momento tranquilo a solas. A parte como si no alcanzara con Evan, sus amigas y la gente del colegio. Tuvo que contarle a su madre del noviazgo porque la vio llegar a casa con el ramo de rosas y los globos. Ese día casi la asfixió con el abrazo que le dio y los días siguientes preguntó por él y tuvieron varias charlas sobre que no debería quemar etapas ni hacer cosas que ella no quisiera.

Esa tarde ella estaba sentada en las escaleras de la entrada del colegio esperando a que Evan terminara su entrenamiento. Él le había rogado que fuera a verlo pero lo máximo que accedió fue a esperarlo cuando saliera e ir a tomar un helado. No quería ser de esas novias que estaban todo el tiempo encima de él vigilando lo que hacía. Del bolsillo de la mochila sacó un paquete de cigarrillos mentolados de diez, sacó uno y lo puso entre sus labios mientras buscaba el encendedor. Aspiró profundo cuando lo encendió. Le había tomado el gusto al sabor de la menta con tabaco, la tranquilizaba. Normalmente lo hacía en su habitación cuando su madre no estaba pero en ese momento se sentía nerviosa por estar sola.

Levantó la barbilla y soltó el humo hacia arriba, por la brisa el humo se fue hacia la derecha. Lo siguió con la mirada hasta que su atención pasó al chico vestido de negro acercándose por la vereda, cabizbajo y con las manos en los bolsillos. Quería pensar que se estaba confundiendo de persona pero al acercarse más lo vio mejor y no cabía duda. El corazón comenzó a latirle con fuerza. Se llevó otra vez el cigarrillo a la boca y aspiró, con tanta mala suerte que él levantó la mirada, la vio y ella por el susto comenzó a toser.

-¿Estás bien?- preguntó Gerard al acercarse.

-Sí- dijo en medio de la toz, se puso de pie y se alejó un par de metros.

-¿Me estabas esperando?

Ella seguía agitada, lo miró y puso los ojos en blanco.

-No. Estoy esperando a alguien.- dijo sin mirarlo y volvió a llevarse el cigarrillo a la boca.

Going to Pasalacqua TERMINADAWhere stories live. Discover now