Capítulo 42.

20 2 0
                                    

Fue la semana más dura para Lily en el colegio. Las críticas a sus espaldas sonaban como un enjambre de abejas asesinas cada vez que caminaba por los pasillos. La biblioteca se había vuelto su refugio y Maddi la única persona con quien lo compartía. Todos los demás se habían alejado.

Incluso Annie y Giselle, que tiempo atrás le habían reclamado que no pasaba mucho tiempo con ellas. Ahora actuaban como si no la conocieran al punto de que cambiaron lugares en el aula con unos chicos que se sentaban en la punta opuesta a su lugar de siempre.

De Evan no tenía noticias, lo vio de lejos un par de veces pero si llegaban a cruzar miradas. Como sucedió a los dos días de haber terminado. La miraba con asco, al punto que Lily debía ser quien bajara la vista para cortar con el mal momento.

Gerard mientras tanto había tomado distancia dentro del colegio, no porque quisiera hacerlo. Sino porque Lily se lo pidió apenas se enteró que uno de los rumores más fuertes que corrían por los pasillos, era sobre que ella lo había dejado por él. Desde entonces no cruzaban más que miradas y mensajes en medio de la clase. A él le sobraban las ganas de entrometerse, hacer algo para que todo aquello parara porque sentía cierta responsabilidad sobre el infierno que Lily estaba pasando.

Maddi tenía sentimientos parecidos a los de Gerard. Solo que ella veía como solución golpear a cada persona que escuchara hablar mal de su mejor amiga pero por pedido de esta no lo hizo. Además de que no quería arruinar su expediente luego de tantos años siendo una estudiante ejemplar. En más de una oportunidad durante esos días pensó en, mil y un, maneras de hacerle pagar a Evan lo que le había hecho a Lily. Lo odiaba tanto por golpearla que le daban ganas de ir ella a ponerle una denuncia.

-Hey, Lily.- la llamaba una chica que esa mañana se había sentado en la mesa junto a la de ella.

-¿Qué?- preguntó haciendo el esfuerzo por sonar amable, presentía por donde venía el asunto.

-¿Es cierto que terminaste con Evan porque te encontró chupándosela al chico nuevo?- le preguntó en un susurro, vigilando que la profesora no la viera ni escuchara.

Lily puso los ojos en blanco y estaba tan harta de los rumores que cada vez perdían más el sentido que soltó una risita nerviosa. Maddi miró de reojo a la chica, no había llegado a escuchar lo que preguntó, pero suponía que había sido alguna estupidez.

-¿Dónde oíste eso?- le repreguntó Lily con una sonrisa cínica.

-Unos chicos de cuarto lo estaban diciendo. Dijeron que lo hiciste en los baños del segundo piso y que ese es tu secreto para que un chico como Evan haya sido tu novio.- le explicó. -¿Entonces es cierto?

-¿Me creerías si te digo que no?

La chica no le contestó, apartó la mirada y se quedó pensando en la pregunta que le había hecho. Claro que no le creería, porque creerle por más que le haya preguntado le quitaba la diversión al tema de la semana. Lily suspiró y por quinta vez en el día rogó que sucediera cualquier cosa que los hiciera hablar de otra cosa.

-¿Qué te dijo?- preguntó Maddi mirando a la chica con enojo.

-Nada- sonrió levemente y posó una mano sobre la de ella. -Solo otro rumor estúpido. ¿Cuántos van ya?

Maddi tuvo que hacer memoria y contar con los dedos.

-Ocho- contestó. -¿Este al menos lo dejaba mal a él?

Lily negó, todos los rumores la dejaban a ella como la mala de la película. Qué si lo había engañado con Gerard, o con alguno de sus amigos. Qué él había terminado la relación porque ella era una loca de los celos por su popularidad. Qué él había descubierto que solo estaban juntos porque ella quería su dinero. Con cada día los rumores eran más retorcidos y sin sentido.

Going to Pasalacqua TERMINADAWhere stories live. Discover now