-¡Chicos!- se escuchó a alguien gritar fuera de la casa. -¡Gerard!- era la voz de Ray, sonaba aterrado.
Los tres salieron disparados a la puerta y se encontraron con Ray intentando levantar a Mikey que no tenía sus anteojos, estaba inconsciente y la nariz le sangraba sin parar. Entre los cuatro levantaron al delgado chico que en ese estado pesaba el doble y lograron entrarlo a la casa. Maddi apenas vio la sangre entró en pánico y Lily tuvo que sostenerla para que los chicos pudieran llevarlo hasta el sofá. Una vez que estuvo acostado Maddi se arrodilló a su lado.
-Amor, Mikey. Despierta- lo meció de un lado a otro y acarició su rostro sin importarle mancharse de sangre. -¡Mikey!- puso el oído sobre el pecho de él. Había latidos. Acercó su mano a la boca un poco abierta. Respiraba. –Hay que llevarlo al hospital.
-No hasta que sepamos que pasó- dijo Gerard alterado. –Deja que Ray se ocupe.- su amigo volvió a la sala trayendo agua y un botiquín.
Ray examinó los signos vitales de Mikey y lo puso de costado para que la sangre de la nariz no se metiera en la boca y llegara a ahogarlo. Limpió con gasas y agua el rostro. Corroboró que no tenía el tabique roto. Cortó la camiseta que llevaba puesta dejando al descubierto más golpes en el abdomen. Agarró una botella de alcohol y se la acercó a la nariz.
Mientras tanto Bob, Frank y Gerard discutían de si era buena idea o no llevarlo a un hospital y las posibles causas de lo que había pasado. Lily se limitaba a observar, si de ella dependiera hubiera llamado a una ambulancia ni bien lo entraron.
Mikey empezó a mover los párpados hasta que abrió los ojos y dio un manotazo para apartar la botella de alcohol. Maddi sintió que el corazón le volvía a latir y el aire volvía a ingresar en sus pulmones. Ray se apartó y se acercó Gerard.
-Mikey ¿me escuchas?- preguntó, él asintió con un parpadeo. -¿Me reconoces?
-Si- apenas se lo escuchó. -¿Maddi?- apartó la vista de su hermano y entrecerró los ojos buscando a su novia.
La chica de cabello castaño se arrodilló junto a Gerard y agarró la mano de su novio con fuerza. Él intentó esbozar una leve sonrisa pero solo logró una mueca adolorida por los golpes en su rostro.
-¿Qué pasó?- preguntó Lily inclinándose sobre el respaldo. -¿Fue un robo?- Mikey negó.
-Venganza- miró a Gerard. –Nos encontró- respiró hondo por la boca. –Por lo que hiciste- luego miró a Lily y otra vez a él.
A Gerard se le heló la sangre y los ojos parecían que iban a saltarle de las cuencas. Miró a Lily y de nuevo a su hermano. Se apartó unos pasos y se peinó el cabello hacia atrás como un gesto de desesperación. Después miró a los chicos que estaban tan aterrados como él. Lily miró a su amiga para no ser la única confundida pero esta estaba muy preocupada por Mikey limpiándole la sangre de la cara.
-No entiendo de qué está hablando ¿qué hiciste?- preguntó Lily y se acercó a Gerard.
-Es por lo de ese chico.- comentó Ray en un tono muy serio.
A esa altura ya no era ningún secreto para ellos el rompimiento de Lily y Evan.
-¿Cómo es el apellido de Evan?- le preguntó Gerard intentando mantener la calma.
-Langdon ¿por qué?- contestó ella.
Bob, Ray y Frank se agarraron la cabeza. Gerard cerró las manos con fuerza.
-¡¿Alguien me va a explicar que está pasando?!- exigió enojada Lily. –Acaban de golpear a Mikey y no están haciendo nada. ¿Qué hizo Evan? ¿Él lo golpeó?- miró a los chicos pero todas las miradas estaban puestas en Gerard.
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Going to Pasalacqua TERMINADA
Teen FictionLily ya tenía planes. Terminar el último año en su colegio y prepararse para una vida de adulta. Ese plan y la compañia de su mejor amiga, eran lo único que le de daba ánimos desde hace dos años cuando le arrebataron al hombre que le dio la vida. P...