Capitulo 4

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Un mes después

Era domingo por la mañana, El verano se acercaba cada día más y el calor tan tradicional de este típica estación del año, no se hacía esperar.

Allá afuera había unos 27 grados y subiendo, eran las 8:30 AM y como todo hermoso fin de semana, las aves se paraban en el árbol que estaba a un lado de la ventana de la habitación de León y Jill.

Los rayos del sol traspasan las cortinas y llegaban hasta el rostro de León, y parte de del cuerpo de Jill.
Pese a que la casa de ambos era grande, La castaña insistió en qué Dana durmiera por algunos meses en su cuarto para cualquier inconveniente que pueda tener la bebé.

Algunos noches, principalmente la primera semana resulto una de las peores para los dos.
Sobre todo para Jill, que llegó a tener 4 días sin dormir más de 2 horas, Ya que Dana permanecía despierta y llorando sin cesar toda la noche, y durante el día dormía como un plácido angelito en su cuna.

Ella sabía que todo eso era natural, y como era madre primeriza le resultaba bastante difícil aguantar, pero su amor por ella era más grande que cualquier fatiga, o cansancio que podía sentir.
Así que debía soportarlo.

Pese a que hacía calor afuera, a León le gustan mantener el clima a temperatura algo baja, esto ocasionaba que Jill usará alguna sabana ligera.

La mujer cubría parcialmente su cuerpo con una sábana, su cintura estaba siendo rodeada por el brazo derecho de León, y así ambos permanecían unidos en la cama.
La respiración del rubio volaba alguno que otro cabello de Jill, la cuál aún seguía dándole la espalda, que además de eso, podía experimentar la exhalación de el en su nuca.

Ella se quejó un poco al momento en que los rayos del sol cubrieron su rostro.

—León... Cierra la cortina...

Su comentario tenue y somnoliento, no fue percibido por el hombre que aún permanecía dormido.

Replicó una vez más, obteniendo el mismo resultado.
Súbitamente giro su cabeza hacia atrás para ver al rubio con los ojos cerrados detrás de ella.

—León... León—En está ocasión y porque Jill estaba a un par de centímetros de su rostro, el agente pudo abrir los ojos.

La miro fijamente a los ojos durante leves Instantes, dio un 2 parpadeos y volvió a cerrar sus ojos.

—Hoy no trabajo linda... Mañana te compro el sombrero que quieres.

"Que"pensó—¿De que estás hablando León?

Soltó la cintura de ella y se giro al otro lado de la cama, dándole la espalda.

—Es domingo Jill, deberíamos dormir... Hay que aprovechar que Dana logro estar con Morfeo toda la noche.

La mujer se acomodo en la cama, sentándose, se cruzó de brazos y miro a un costado, observando a León.

—¿Ya se te olvidó no?—El siguió sin inmutarse

—¿Ya se te olvidó no?—El siguió sin inmutarse

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La historia de Leon y Jill 2Where stories live. Discover now