Es el libro 2, DE LA SAGA LEON Y JILL
Han pasado varios meses después de los acontecimientos de Chris, Por consiguiente, en ese transcurso de tiempo, Jill tendrá que ver cómo su relación ya establecida con Leon, se pone en tela de juicio cuándo Ada...
Era viernes en la noche y Jill preparaba un par de platillos para la reunión de mujeres que tendría con Rebecca y Hunnigan.
La bebé permanecía entretenida en la sala de estar, totalmente ajena a dicha reunión.
Jill estaba de mejor humor pesé a lo acontecido días antes, León se había dedicado a llamarla varias veces durante los últimos días para preguntar cómo le iba, y si necesitaba algo. Por supuesto, Ella en ningún momento dijo al respecto con el tema de Ada y no tenía intención de reclamarle, al menos por teléfono.
Por otro lado, La insinuación que Chris le había hecho haces 2 días la dejo muy desconcertada, sobre todo porque ella creía que el capitán solo tenía la intención de volver a resurgir su amistad ya en agonía en el transcurso de los años.
Desafortunadamente para él, la mujer no tenía ningún interés o atracción hacia Chris, y lo que antes podría decirse que si hubo algo, eso termino muriendo con el paso del tiempo.
...
Al marcar las 9 de la noche, Rebecca llegó con varias bolsas de frituras y unos cuantos refrescos, estos últimos ella no consumía, incluso se los prohibió a León hace meses, aunque el agente lo hacía en escondidas de ella.
—¡Hola Rebecca!... Me da gusto que siempre si viniste—Decia la castaña saludándola de beso.
—Ah tenía un espacio en mi agenda, ¿por cierto aún no llega Ingrid?
Jill negó y le ofreció algo de beber a la doctora, ambas estaban de buen humor, y aunque Dana estaba en la casa con las 2, no daría lata.
Se acomodaron en el sofá y abrieron un par de bolsas de papas, Su intención era esperar a Hunnigan.
No pasó más de media hora, para que la morena llegará bastante alegré, la razón... Era porque Ark la había llevado a casa después del trabajo, según ella, le inventó la excusa de que su auto se había descompuesto y como todo un caballero, el castaño se ofreció a llevarla, obviamente ella no se negó.
Se lo contó con todo lujo de detalle a sus dos amigas que le acompañaban, en dicha velada.
La Sra. Kennedy durante todo ese rato se olvidó de todo, de León, de Ada y mayormente de cualquier cosa incesantemente estresante que se fijaba en su mente, Más allá de si en verdad su esposo le a ocultado cosas, Jill sólo se quería dedicar a disfrutar de la noche y la compañía de sus amigas.
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Casa de Ada Wong, esa misma noche
Después de un encuentro acalorado (Sexo), la asiática se había quedado dormida en el hombro de Ryan en su habitación principal.
Aquel hombre estaba despierto y pensativo, Sin duda disfrutaba los fines de semana, ya que la mayoría de estos días, Se acostaba con Ada y permanecían juntos hasta el domingo por la mañana. La señorita Wong era salvaje en la cama, y cada oportunidad que tenía de comerse a Ryan, lo hacía.
