Capitulo 51

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Ese día, en la tarde

Ya en el auto Jill se ponía algo de labial rojo, aprovechando la disponibilidad del espejo del tablero.
Dana permanecía justo detrás observando indiferente a la situación.

—Vamos... Se hace tarde.

Era evidente que se estaba retocando el rostro, y cuando el labial estaba a punto de cumplir su trabajo, cuando de manera súbita un ligero toque en el espejo de auto la hizo que diera un pequeño brincó, y rayara más allá de sus labios.

—¡Demonios!—Exclamo molesta al ver la marca del labial en parte de su mejilla.

Se precipitó al espejo con una mirada fruncida y temerosa.

Se precipitó al espejo con una mirada fruncida y temerosa

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—...Oh no, León no puede verme así, debo—Nuevamente un golpe en su cristal llamó su atención, provocando que se girará y bajara el espejo.

Rápidamente y antes de que bajara por completo el cristal, froto su mano en su mejilla intentando quitar lo más posible el labial.

Al momento en que bajó por completo, la castaña pregunto:

—¿Si?

Se trataba de una mujer vendiendo caramelos, que para el momento en que interrunpio a Jill, está última estaba en una situación nada cómoda.

Después de negar los caramelos, la castaña se limpio la mejilla con una toalla húmeda y nuevamente pinto sus labios.

Se observo por varios segundos al terminar de pintarse, antes de sonreír a su reflejo y guardar todo en su bolso.

—Asi está mejor, ahora cariño vallamos a ver tu papá.

Acontinuación encendió el auto y partió al parque donde se suponía que se había quedado de ver con León.

...

El parque, una hora y media después

Jill se encontraba como un volcán a punto de hacer erupción, ya que prácticamente León se había pasado la hora establecida y por mucho que ella quería darle una oportunidad, el agente la había regado una vez más.

Había empezado a lloviznar y la mujer resguardo a su hija debajo de la sombrilla que tenía en la mano.
La bebé jugaba con el cabello de su madre, mientras que ella intentaba calmarse y no matar a León cuando por fin pareciera.

...

20 minutos más tarde León por fin llegó al parque.
Llevaba un par de bolsas en ambas manos, algo extraño para el momento.

Ella lo miró mientras cada vez se acercaba más a ambas, era la primera vez que lo veía en semanas, por ello, pesé a estar furiosa por haber llegado tardé, Jill no podía evitar sentir esa atracción que siempre sintió al ver a su esposo.

La historia de Leon y Jill 2Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon