Capitulo 10

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Casa de León y Jill

La castaña llegó al fin a casa con algo de prisa encima.
No pudo ir a la estética para cortarse su cabello, y eso causó un cierto disgusto, sin embargo, había hecho la mayoría de las cosas que había prometido.

Dejó a Dana en el sofá, mientras ella ordenaba todo lo comprado en su alacena y estantes.
6 bolsas de puros víveres fue lo que estaba acomodando, un arduo trabajo.

20 minutos más tarde había terminado, miró a hacia su refrigerador indecisa sobre que hacer de cenar.

Pensó por un momento en espagueti, asado... O quizás algo más sofisticado, pensó.

Rápidamente recordó, que León le había dicho hace unos días que le gustaría una lasaña para un día de estos

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Rápidamente recordó, que León le había dicho hace unos días que le gustaría una lasaña para un día de estos.
Caminó hacia su estante en busca de algo de pasta, por suerte tenía lo suficiente.
En su refrigerador también había queso, en general tenía todo para hacerla.

Reuniendo todo lo que necesaria, empezó a hacer la cena.

...

Eran las 7:30 PM cuándo por fin había terminado su lasaña, estaba algo cansada por el día tan arduo que había hecho.

Miró nuevamente su reloj de mano.

—Mmm... León llegará en media hora supongo,—Tomando a Dana en brazos, continuo—Bueno querida, es hora de un buen baño.

Dicha ducha duro no más de 20 minutos, la bebé estaba limpia y de cierta manera la hacia sentir más cómoda.
Por supuesto Jill sabiendo que tendría tiempo de sobra también se dio un gran baño, que resultó más que reconfortante.

Preparó la mesa y los cubiertos, La pequeña Dana en su periquera y con un suave peluche de un conejo en sus delicadas manos, la mantenían ocupada mientras su madre hacia otras cosas.

El sonido del auto de León, detuvo la práctica de piano que la castaña hacía generalmente en la tardes, antes de que su esposo llegara.
Si bien, ya sabia tocar el piano, seguía estando a medias en algunos aspectos de esté, de ahí la práctica.
El rubio solía ayudarle en veces los fines de semana.

Cuando el hombre entró a la casa, fue a recibirlo con un buen beso en los labios.
Prácticamente no lo había visto desde el día anterior.

—Hueles bien linda...—Exclamo, aspirando lentamente el cabello de Jill.

—¿Que haces?

—... Nada, es solo que me gusta como huele tu cabello—Rió mientras soltaba la melena castaña de su cónyuge.

—Sabes cuando entré pudo notar el rico aroma a salsa de tomate...

—¿Ordenaste pizza?... ¿Espagueti rojo?

El buen humor de León, fue más que bien recibido por la mujer.

—No, hice lasaña... Hace unos días dijiste que te gustaría comerla.

La historia de Leon y Jill 2Where stories live. Discover now