Capitulo 37

326 30 4
                                    

Días más tarde

El tiempo transcurrió con dicha normalidad, Sherry se iba a quedar en al casa de los Kennedy por los próximos días o semanas dependiendo del caso.

Jill salía en las tardes como lo había hecho de forma, ya habitual los últimos días.
Por otro lado, León seguía de vacaciones pero ya veía como estás se empezaban a consumar, y regresaría al trabajo en menos de lo que canta un gallo.

La rubia permanecía gran parte del día en el sofá de la sala, afligida y sumamente tocada anímicamente.
Seguía incrédula en su ceguera y la razón de ello.
Por suerte, tanto Jill como León se dedicaban mantener confortable el lugar, alegré y familiar, Sherry era muy importante para ambos, y la simple razón de verla afligida, sacaba el instinto maternal y paternal de cada uno.

...

Notas de Ada Wong

He pensando muy detenidamente sobre como sacaré del mapa a Jill, y debo decir que deseché muchas ideas, y... Por suerte, hubo una que me llamó mucho la atención.

No obstante, tendré que usar a mi amado León, que triste... Me odiara temporalmente, pero al fin y al cabo, me amara al terminar todo.

...

Casa de León y Jill

Eran las 8 de la noche y como solía hacerlo, La Sra. Kennedy preparaba la cena.

Sherry esperaba en el sofá junto a León, el agente seguía animandola y alentando que todo va a mejorar.
Pero incluso ante todas esa buenas palabras, la rubia seguía con su malestar.

-Animate hija, ya verás que todo va a volver a ser como antes-Tomó su mano y la sujeto dulcemente-Jill y yo, haremos todo lo humanamente posible para que puedas volver a ver.

La chica cabizbaja pero consciente de las palabras de su padre, alzó sutilmente su cabeza, y pesé a que no veía al rubio, le mostró la más sincera sonrisa que pudo haber hecho jamás.

-¿Me prometes que harás el intento?-Musito con una tibia voz entrecortada.

León intentaba contener el sentimiento, y dijo:

-Lo prometo.

...

En la mesa Jill ayudaba a Sherry a comer, Si bien no estaba invalida, la falta de vista le mermaba gran parte de su capacidad como persona.

Con el paso del tiempo, la rubia parecía alegrarse un poco.
La pareja intentaba animarla lo más posible, y hasta el momento había funcionado.

...

Cuando llegó la hora de dormir, León permanecía sentado en la cama esperando a su esposa, la cual seguía fuera de la habitación.
Justo en el momento en que entró, la mirada de su esposo le llegó.

Se quitó la dona de su cabello para dejárselo suelto, hizo lo mismo con los pendientes y al sentirse más liberada de todos esos accesorios, caminó lentamente hasta la cama donde León ya le esperaba.

-Mm... Conozco esa cara cielo, tienes en mente algo-Indicó mientras se recostaba en la cama.

El esperó un par de segundos para responder-Me conoces demasiado bien Jill, y si... Hay algo muy extraño en ésto.

-¿A que te refieres?-Cuestiono ella sin entender del todo aquellas palabras.

-Segun los hombres que la encontraron, Sherry presentaba huellas cadenas en sus muñecas y... Al parecer, Su ropa olía a alcohol de melocotón.

La historia de Leon y Jill 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora