Ahí estaré, a su lado

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ATENCIÓN: Cualquier comentario spoiler respecto al final de la serie original será eliminado lo más pronto posible. Recuerden que hay personas que no han visto el capitulo, por favor y gracias.

—Sky🌌

***

Un suave sonido en la lejanía hizo que despertara su cuerpo, el sonido de una notificación lo había hecho abrir sus ojos lentamente. Frunciendo su ceño con confusión observó la habitación en la que se encontraba; cortinas cerradas que dejaban que se filtrara un solo rayo debil de sol, una extensa cama matrimonial donde estaba acostado con las más suaves sabanas que alguna vez haya podido sentir. Ya había estado ahí antes.

Nuevamente se escuchó el sonido típico de un mensaje llegando a un teléfono, Horacio desvío la mirada a ese lugar, encontrándose con una mesa de noche de madera donde estaba su teléfono más un vaso con agua a la mitad.

Volvió a cerrar sus ojos acostandose de lado y apretando suavemente la almohada blanca contra sí, oliendo esta y sonriendo inconscientemente ante el recuerdo. Recordando aquella noche después del "Fame or Shame" donde había terminado en la cama de Volkov al haberse emborrachado tan rápido.

Relamió sus labios aún sonriendo con sus comisuras, manteniendo su posición sosegada, dándose cuenta que había ignorado por completo el ardor de su cuerpo bajo las sabanas. Con esto rápidamente retiró las sabanas con molestia, tirandolas hacia un lado.

—Veo que ya despertó —la puerta de la habitación se abre, mostrándose a un Volkov de cabellos grisáceos despeinados, ropa de casa y bostezando, cubriendo su boca con la mano izquierda, en donde tenía un blister de pastillas.

—¿Por-por qué estoy aquí? —se exaltó un poco al ver al ruso apenas despertó, sintiendo al instante como su garganta yacía seca.

—Tiene fiebre —dice suavemente acercándose a él y sentándose al borde de la cama con cuidado de no realizar movimientos bruscos. Eleva su mano derecha hacia su rostro opaco, siendo visto con ojos de asombro por el contrario, hacíendolo detener su mano en el acto— ¿P-puedo?

Seguramente Volkov ya había tocado su garganta o frente apenas enfermó, pero el hecho de hacerlo con un Horacio ya despierto y consciente de la mayoría de las cosas, era un poco extraño. Horacio asintió con una sonrisa muy pequeña.

—Ayer en la tarde estuvimos en un Código 3 —relata llevando el dorso de su mano derecha al cuello contrario, cerciorando su temperatura— Tuvo un pequeño desmayo —levantó su mano hacia su frente, donde Horacio cerró sus ojos— No había comido en todo el día.

—¿Fue eso? —pregunta en lo bajo con su voz seca.

Volkov asintió alejando su mano, tomando el blister de pastillas y sacando una de estas para tendersela al hombre enfermo, le pasó el agua sobre la mesa que estaba un poco fría. Al parece la había bebido recientemente y no se acordaba.

—¿No se acuerda de nada? —pregunta confundido el ruso viendo como Horacio tomaba la pastilla con el agua, para luego extenderle el vaso vacío mientras niega.

—Prácticamente se desmayó justo antes de empezar el tiroteo… ¿recuerda la mujer que lo acosa en los robos? —Horacio al hacer memoria lo recuerda y asiente con una expresión no muy agradable— Fue esa mujer que robó, no hicieron negociaciones, y justo antes de empezar a contar hasta 10, usted se desmayó.

El de cresta despeinada desvío la mirada en un intento de hacer memoria ante aquello, sin embargo pasaron un par de minutos donde no pudo recordar más que un inmundo y vago recuerdo de su juventud. Una pesadilla de zafiros oscuros, apagados.

El Volkacio pa' miWhere stories live. Discover now