CAPÍTULO 24

129 12 0
                                    

Paula durmió aproximadamente media hora. Estaba un poco incómoda por la posición en la que se encontraba recostado Rogelio, así que se levanta tratando de no despertarlo. Al dar la vuelta para ir a buscar una cobija, se asusta porque María se aparece de repente detrás de ella.

AP: ¡María!, ¿cuánto llevas ahí?

María: Lo suficiente para ver como no dejabas de moverte buscando que Rogelio cambiara de posición.

AP: (se soba el cuello), es que no me acomodé bien, pero al parecer mi esposo no prestó atención a la insistencia de cambiar de posición.

María: ¡Con tres años y aún no sabes que cuando Rogelio se duerme no hay quién lo despierte!

AP: Estoy al tanto. Solo que eso sucede cuando tenemos noches de...

María: (grita), ¡Paula, a mí no me cuentes esas cosas!

Con el grito, Rogelio abre los ojos. Escucha las voces de María y su esposa hablando de él y prefiere disimular que dormía.

AP: No tiene nada de malo María. De todos modos sabes que nunca me expresaría como lo hace Rogelio. Únicamente iba a decirte, que es cuando tenemos noches de cansancio por el trabajo.

María: Perdóname lo mal pensada.

María la toma del brazo y la conduce al sillón de enfrente para sentarse.

María: Cambiando de tema, ¿qué fue lo que te hizo desmayarte ayer?, Consuelo dijo que sucedió después de ver un mensaje en tu celular.

AP: Sí María. Alguien me mandó una foto de Rogelio besándose con otra mujer, (enojada), y te juro que de no haber sido por el desmayo, me hubiera ido inmediatamente a Santa Catalina para exigirle a Rogelio una explicación y de paso desgreñar a la mujerzuela que se atrevió a besarlo.

María: Entonces, ¿se pelearon?

AP: Aún no. Mientras estaba dormida, soñaba con lo ocurrido en el D. F. por eso decidí esperar a que Rogelio me dé una explicación. No quiero cometer otro error y menos cuando nos encontramos en una etapa tan bella. ¡Pero eso sí María, por el bien de Rogelio, más le vale que no me salga con una tontería porque esta vez no lo perdono!

María: Estoy segura que tiene una buena explicación. Y me alegra que ya no reacciones impulsivamente. ¡Estás madurando Paula!

AP: Me está costando mucho, (toma sus manos), pero te prometo que intentaré controlar mi carácter.

María: Y tus celos, porque, ¡cómo eres celosa!

AP: (mirando a Rogelio), ¡poseo a un hombre maravilloso!, por eso debo cuidar que ninguna lagartona intente quitármelo.

María: (suspira), Y yo que creía que estabas madurando. Mi niño sólo tiene ojos para ti, eso ya deberías saberlo.

AP: ¡Y por su bien espero que siga teniéndolos únicamente en mí!, (se pone de pie), creo que ya hablamos suficiente, si me disculpas María, voy por una cobija porque parece que Rogelio continuará perdido en el mundo de los sueños un rato más.

María: ¡Ve hija!, yo voy a preparar el desayuno.

Paula se retira a la recámara. María está por irse a la cocina cuando Rogelio abre los ojos.

R: ¡María por favor quédate un momento!

María: ¡Hijo ya despertaste!

R: Sí Nana. El sillón no es el lugar más cómodo para dormir.

María: Paula acaba de ir a traer una cobija para cubrirte con ella. Pensábamos que durarías más tiempo dormido.

R: En realidad me desperté hace rato y escuche lo que hablaban. María, ¿cómo estuvo eso de que Paula se desmayó?

LQNP: HISTORIA DE AMORWhere stories live. Discover now