CAPÍTULO 49

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Londres– Mansión de los Sanders:

Jennifer había nombrado a la habitación que fuera de sus suegros, "Recámara Nupcial", y aunque su prometido le recomendó deshacerse de la mayor parte de los muebles, ella únicamente cambió el colchón de la cama y mandó pedir una mesita de centro para adornar la pequeña sala... Con ayuda de Paula colocó en cajas todas las fotografías y objetos personales que aún estaban guardados en los cajones ó sobre el tocador. También reacomodó la posición de los muebles, reemplazó las cortinas, las sábanas y los edredones por unos modernos, (con eso logró que la apariencia del antiguo cuarto desapareciera casi por completo y con ella la incomodidad de Edward).

Él en agradecimiento por la dedicación de su prometida, dejó en libertad al caballero romántico y pasional que tanto adoraba Jennifer y se amaron como si esa noche fuera su luna de miel.

Desde la primera vez que estuvieron juntos habían adquirido la costumbre de dormir fuertemente abrazados debido a que el miedo a volver a separarse jamás se iría, y disfrutaban del calor del otro hasta que el crepúsculo matinal entraba por la ventana. Sin embargo, en los próximos tres días, esa costumbre tan necesaria para ellos sufriría un ligero cambio de horario, pues Edward, (al igual que Rogelio),debía llegar temprano al Centro de Convenciones.

Para fortuna de Jennifer, él no requería despertador y abre los ojos justamente cuando eran las seis de la mañana... Como cada amanecer, lo primero que hace es deleitarse con la belleza de su prometida y después besa su cabello y frente. Con delicadeza retira los brazos que lo aprisionaban y despacio se escabulle fuera de la cama. Pero cuando se felicitaba por no haberla despertado, la dulce voz de Jennifer lo hacen soltar la sábana que usaría para cubrirse en su camino al baño.

Jennifer:(se ríe), ¿En dónde dejaste al hombre que dice que no debo sentir pena de mostrarme frente a la persona que amo?

Edward:(recoge la sábana), No le puse el seguro a la puerta y no quiero que Magda ó Mateo entren y me vean desnudo... pero aún tengo esa firme idea Licenciada Smith.

Jennifer se sienta y estira sus brazos... Edward se sube de nuevo en la cama y se acerca para que ella lo abrace.

Jennifer:¿Hoy te vas a bañar sin mí?, (pasa su mano por su torso), ¡con lo que me fascina enjabonarte!

Edward: Es muy temprano y con todo el trabajo que has tenido en estos días, prefiero que te quedes en la cama un rato más.

Jennifer: Sabes bien que si no estás junto a mi ya no puedo conciliar el sueño.

Edward:(le da un beso corto), Te entiendo porque a mí me pasa lo mismo, pero esta noche voy a llevarte a una cena de negocios y necesitarás de toda tu energía.

Jennifer:¡Cena de negocios!, (hace una mueca), Edward, es que a mí no...

Él la besa y con ese gesto logra que Jennifer olvide cualquier reclamo. Despacio la recuesta de nuevo y cuando está completamente a su merced disminuye el beso lentamente hasta que finalmente separa sus labios de los de ella.

Edward:¿Entonces sí me acompañas a la cena?

Jennifer:¿Por qué usas tus deliciosos besos para convencerme de hacer lo que quieres?, (suspira), ¡está bien!... voy a esa dichosa cena, ¡pero que conste que lo hago porque te amo!... a mí no me agrada el bullicio y si por mí fuera, te encerraba en éste cuarto para evitar que vayas a ese tipo de eventos.

Edward: Ni a mí me agradan, pero no hay remedio... ¡Gracias por el sacrificio mi amor!

Jennifer:(besa su cuello), Mientras no te separes de mí y me dejes besarte cada que quiera, no será un sacrificio.

LQNP: HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora