CAPÍTULO 26

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Paula regresó a la Hacienda desde hace unas horas. María estaba muy intrigada porque inmediatamente se fue a la capilla a meter unas cosas que Marcial le ayudó a traer. Cuando quiso ver que estaba haciendo se encontró con la puerta cerrada. Casi cerca de las seis, sale para dirigirse a la cocina a preparar los platillos que le gustan a Rogelio, así como su postre favorito. María solo la miraba sin preguntarle nada, hasta que la curiosidad la termina por vencer.

María: Paula, ¿qué tanto estás haciendo?, el día del aniversario es mañana y tú estás preparando todo desde ahorita.

AP: Rogelio llega hoy, por eso vamos a celebrarlo acompañados por nuestra familia y las personas a las que más apreciamos. Y como voy a raptar a mi esposo por algunos días, quiero llevar comida suficiente.

María: Hija, Rogelio no ha llamado para decir que viene en camino.

AP: Hace unas horas hablé con él y me prometió que haría todo lo posible por venir. ¡Rogelio siempre cumple sus promesas!, por eso necesito apurarme.

María: ¿Entonces ya te dijo cómo le fue con el negocio?

AP: (meditando), Ni siquiera se me ocurrió preguntarle.

María: ¡Cómo que no!, ¿no se supone que ese asunto era muy importante para ustedes?

AP: ¡Sí María, pero en este momento no hay nada más importante para mí, que celebrar el día en que me convertí en la mujer más feliz del mundo!

María: ¡Hay muchacha!, hasta pareciera que apenas te vas a casar con Rogelio siendo que únicamente cumplen un año más de matrimonio.

AP: (sonriendo), ¡No solo es un año más María!, son tantos momentos hermosos que es lógico que me emocione. Y quizás no será la primera vez que nos casamos, pero no hay una regla que diga que no podemos volver a hacerlo.

María: (¿?), No te entendí nada Paula.

AP: En cuanto llegue Rogelio lo comprenderás.

Paula continuó cocinando sin decir otra palabra dejando a María peor que antes de preguntar. Aproximadamente a las nueve de la noche terminó de preparar toda la comida. De inmediato subió a su recámara en donde se encerró a piedra y lodo. Más tarde llegaron a la Hacienda Ernesto, Mercedes, Gerardo, y Dany.

María recordaba que en los dos aniversarios previos, Rogelio los celebró a solas con su esposa en Tuxtla. Por eso en cuanto vio a los invitados, menos comprendía las extrañas ideas que pasaban por la cabeza de Paula.

María: Muchachos, espero que no piensen que soy grosera, ¿pero a qué debemos la visita?

Ernesto: Ana nos avisó en la mañana, que ella y Rogelio celebrarían su aniversario y querían que sus amigos estuvieran también.

Dany: A mí me avisó por la tarde.

María: ¡Esa Paula!, con el embarazo se ha puesto hacer cosas tan raras, (preocupada), lo más triste sería que mi niño no venga hoy.

Consuelo: (entra a la sala), Madrina, ¿has visto a Hugo?

María: No Consuelito, se fue desde las ocho. Creí que había ido para el Rancho.

Consuelo: Pues no llegó. Y yo vine porque la patrona me pidió estar para su aniversario.

Juanita llega con Mary venía con un vestido rosa pálido, (como de una princesa de cuento), y una diadema de rosas blancas en el cabello.

María: ¿Paula la arregló así Juanita?

Juanita: Sí. ¡Quedó muy bonita ¿verdad?!

Mercedes: Está muy linda, ¿a ti te gusta Gerardo?

LQNP: HISTORIA DE AMORWhere stories live. Discover now