CAPÍTULO 60

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Clínica de San Gabriel:

Jennifer despertó y de inmediato buscó a Edward con la mirada. Al no encontrarlo se inquietó y trato de levantarse, sin embargo se detuvo cuando recordó su estado y volvió a acostarse.

Ernesto entra silencioso al cuarto, pero Jennifer ya tenía su vista sobre él antes de que siquiera cerrara la puerta.

Jennifer: Hi Doc.

Ernesto: (da un respingo de sorpresa), Buenos días señorita Smith.

Jennifer: ¡Oh please!, no me hable tan formal... Llámame Jennifer y yo no te diré Doc. sino Ernesto, ¿ok?

Ernesto: (sonríe), ¡Claro Jennifer!

Jennifer: Good... y ahora puedes ir directo al punto, (él la mira asombrado), no te sorprendas... si has venido tú en lugar de Edward, es porque algo pasó, ¿cierto?, (Ernesto se queda pensativo, y ella se levanta para sentarse en la silla), el ginecólogo dijo que ya no hay peligro de aborto.

Ernesto: Ahora ya no, pero si te alteras puede volver a presentarse.

Jennifer: Me altera más no saber lo que está pasando, (se estira y toma su mano), please... dime lo que sea, prometo ser fuerte, (acaricia su vientre), por mi hijo y por Edward.

Ernesto se sienta en la orilla de la cama y le cuenta lo sucedido con Paula. También le explicó que Edward se encontraba bien, pero que después de dar su declaración en la delegación, le dijo que tenía un dolor de cabeza muy fuerte y lo llevo a la clínica para valorarlo y desafortunadamente se confirmó que la visión en su ojo izquierdo se había perdido en su totalidad.

El silencio fue la única reacción de Jennifer... Ernesto se levanta anticipando cualquier contingencia que se pudiera llegar a dar si ella se ponía mal, pero vuelve a sorprenderse cuando la mira ponerse de pie y sacar su ropa del pequeño ropero... Jennifer se mete al baño y sale luego de haberse arreglado.

Jennifer: Llévame con Edward.

Ernesto: (¿?), Perdón, pero, ¿escuchaste lo que dije sobre la vista de Edward?

Jennifer: Escuché perfectamente, y por eso quiero estar con él.

Ernesto: No es un buen momento... Edward llamó a tu hermano Henry para que venga por ti... supongo que desea alejarte de James y de él mismo.

Jennifer: (se altera), ¡Es un fool!, pero que ni piense que logrará apartarme de él cuando más me necesita, (camina hacia la puerta), ¡please!, ¡llévame con Edward!

Ernesto: Pidió que lo dejemos solo, por lo menos hasta mañana.

Jennifer: Ok, entonces si tú no piensas contradecirlo, no me queda más remedio que buscarlo por toda la clínica, (lo apunta con el dedo), y ni siquiera pienses en detenerme o me vas a conocer.

Jennifer sale del cuarto y se pone a abrir cada puerta del pasillo. Ernesto se apresura a sujetarla, pero ella lo golpea en la pierna. Un colega que iba pasando lo ayuda a no caerse.

Médico: Será mejor que la dejes verlo o terminará por armar un escándalo en la clínica.

Ernesto: Tú dijiste que le diéramos tiempo a Edward para que asimile lo de su ceguera.

Médico: No podrá aceptarlo ni mañana, ni en un año, así que permítele verlo. Tal vez ella consiga tranquilizarlo.

Ernesto acepta y corre tras Jennifer para decirle que el médico tratante le permitió verlo... Él la conduce hasta el cuarto y le abre la puerta... Dentro está Edward sentado en una cama, con sus manos sujetando su cabeza, (que está cubierta por una ligera venda que alcanza también sus ojos)... Jennifer se acerca a la cabecera y Ernesto sale para darles espacio, pero se queda a unos metros del cuarto por si acaso... Edward escuchó el ruido de la puerta y unos pasos, sin embargo no tenía ánimo de recibir a nadie y por eso ignoró a la persona que entró... Jennifer suspira antes de sentarse a su lado y él finalmente es consciente de que ella está ahí, viéndolo derrotado y eso aumenta su desespero haciéndolo apretar con fuerza la sábana que cubre sus piernas... Jennifer las sujeta suavemente para que suelte la sábana y al conseguirlo las dirige a sus labios y las besa con ternura.

LQNP: HISTORIA DE AMORWhere stories live. Discover now