CAPÍTULO 40

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Casi una semana había pasado desde que Ricardo y Hugo salieran rumbo a Europa. Durante ese tiempo, Rogelio fue recuperando la fuerza en sus músculos, (aunque Ernesto no quiso darlo de alta ya que necesitaba asegurarse de que estuviera en óptimas condiciones). Paula, María, Mary y Margarito lo visitaron durante toda su estadía en la clínica. Finalmente un día, Ernesto llamó a Paula para informarle que su esposo sería dado de alta. Ella le pidió que no le dijera a Rogelio, pues quería ser quién le diera la noticia.

Hacienda del Fuerte:

Paula subía y bajaba las escaleras llevando distintas cosas a su recámara. Margarito y Mary estaban en la sala junto con los gemelos, viendo a su mamá corriendo de un lado a otro. María se la encuentra en el pasillo con un ramo de flores.

María: ¿Desde cuándo la mujer le regala flores al hombre?

AP: (sonríe), Es que Rogelio siempre me las regala, y yo también quiero tener estos detalles con mi esposo. Además, no hay una regla que diga que sólo los hombres pueden regalar flores.

María: Tienes razón hija y qué bueno que consientas a Rogelio.

AP: ¡Gracias María!... Por cierto, ¿sabe en dónde está Vanesa?... no la he visto desde la mañana.

María: (suspira), ¡Hay Paula!, la pobre está donde siempre... en la terraza. Desde que se fue su marido, ni un día deja de estar triste.

AP: Voy con ella.

Paula deja el ramo en la recámara y se va a la terraza donde ve a Vanesa sentada en el sillón mirando a Valeria jugar con su muñeca.

AP: (se sienta a su lado), ¿Otra vez aquí Vanesa?... si continúas deprimida, tendré que llevarte con Ernesto.

Vanesa: No estoy deprimida... sólo pensaba en que la vida es extraña ¿no te parece?

AP: (¿?), ¿Extraña?

Vanesa: ¡Jamás me hubiera imaginado que me enamoraría de un hombre como Ricardo!... no tiene mucho dinero, se la vive sonriéndole a todo el mundo, hace bromas tontas, y si lo ofenden no es bueno para responderles, mucho menos para pelearse, (solloza), ¡nunca debí poner mis ojos en alguien así!

AP: Vanesa, Ricardo es un buen hombre y merece que lo amen como tú lo amas, (la abraza), anímate ¿sí?... ¿no me digas que a él le gusta verte deprimida?

Vanesa: No... si me viera así, ya estaría haciendo mil cosas para sacarme una sonrisa.

AP: (pensativa), ¿Sabes que vamos a hacer?

Vanesa: (¿?), ¿Qué?

AP: (se levanta), espérame aquí.

Paula entra a la casa y minutos después regresa con una caja de madera. Al abrirla saca unas agujas para tejer y un estambre.

AP: ¿Alguna vez has hecho esto?

Vanesa: Lo intenté cuando esperaba a Valeria, pero quedó muy mal porque no tenía quién me enseñara.

AP: ¡Pues ahora tienes a tu hermana que te va a enseñar!

Paula le pide que extienda sus manos y poco a poco le enreda el estambre. Enseguida toma las agujas y con un par de vueltas, le enseña una puntada sencilla. Luego se las entrega a Vanesa para que continúe con lo demás. Mientras tejía, ambas platicaban y fueron tantas cosas de las que hablaron, que Paula creyó sentir que el abismo que las separaba, lentamente comenzaba a cerrarse.

Estados Unidos – Empresa agropecuaria Sanders.

Como todos los días, Alejandro fue a ver a Edward para informarle sobre el caso de James, (Fabiola se quedó en el hotel).

LQNP: HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora