CAPÍTULO 44

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Hacienda del Fuerte:

Aún era de madrugada pero Vanesa no podía conciliar el sueño. Valeria dormía plácidamente y su madre sólo la observaba. La niña se parecía demasiado a su padre y eso le permitía soportar la soledad, aunque en ese momento lo extrañaba más que otras veces. Con cuidado se levanta de la cama, toma su celular, y sale del cuarto rumbo a la terraza donde se encuentra a otra persona que tampoco podía dormir. Paula estaba sentada en el sillón con las rodillas dobladas y sostenidas por sus brazos, (traía puesto su camisón y su bata).

Vanesa: (se sienta), ¿Qué haces aquí Paula?

AP: No puedo dormir.

Vanesa: ¡De eso ya me di cuenta!, pero mi pregunta estaba orientada al motivo.

AP: Estoy preocupada por Dany... Ayer con tantas cosas olvidé llamarle a Alejandro para saber sí ya la había encontrado... (Sarcástica), ¿puedes creerlo?, mi amiga desapareció hace dos días, y yo apenas me voy acordando de ella.

Vanesa: María dice que las malas noticias siempre son las primeras en llegar. Si el Licenciado Hernández no te ha llamado, quizás sea porque ya la encontró. Pero ellos deben tener otros problemas que les hacen olvidarse de lo demás

AP: Puede ser... (Pensativa), cuando tenemos problemas, sólo pensamos en ellos sin considerar que otros también los tienen.

Vanesa: ¿Y cuáles son los tuyos?

AP:...

Vanesa: Aún debe ser difícil que confíes en mi ¿verdad?

AP: No es eso Vanesa... (Suspira), Ayer me pelee con Rogelio por culpa de esa mujer.

Vanesa: ¿Hablas de la señorita Santana?

AP: (alterada), ¡Es que no puedo creer que Rogelio se ponga de su parte!, además se atrevió a tutearla frente a mí.

Vanesa: ¡Tranquila Paula!, así no te entiendo.

AP: ¡Es cierto!, te voy a contar lo que hizo Rogelio.

Paula se pone a contarle a Vanesa lo sucedido la tarde anterior. Conforme recordaba las cosas, se alteraba al grado de que su hermana tenía que sujetarla de los hombros para hacer que siguiera sentada. Al terminar su relato, Paula esperaba algún comentario, pero Vanesa mantenía su atención en el arreglo de flores.

AP: Me imagino que debes estar pensando que soy una impulsiva y que no tenía motivos para ponerme así.

Vanesa: En parte... pero comprendo tu reacción... A mí tampoco me agrada esa mujer.

AP: Lo que me duele es que Rogelio se ponga de su lado.

Vanesa: Es lógico que la apoye.

AP: (irónica), ¿Es lógico que apoye a otra mujer en lugar de su esposa?

Vanesa: Tú permitiste que la sangre se te subiera a la cabeza y la regañaste sin haber investigado primero... Eso es un punto malo para ti y uno a favor de esa mujer... Rogelio sólo se puso en contra de la injusticia, más no de ti.

AP: ¿Estás diciendo que debo ser yo la que pida disculpas?, (se levanta), ¡nunca me oyes!... ¡amo a Rogelio!, pero no por eso voy a humillarme.

Vanesa: Sé que eso va en contra de ti misma, pero no puedes permitir que esa mujer quede como la víctima ante Rogelio.

Vanesa se pone de pie y sujeta los brazos de Paula.

Vanesa: Debes tratar de controlar tu carácter. No había razón para que te molestaras con Rogelio, y tú lo sabes. ... Contéstame Paula, ¿en verdad quieres seguir enojada con él, por algo que no tuvo razón de ser?

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