Capítulo 16

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Lunes 19 de junio de 2017, diez días después.

Isabella se encontraba en la habitación con Hannah. La infusión de dos quimioterapias diferentes que le pondrían el primer día de cada ciclo de tratamiento tardaba cinco horas en administrarse y al ver que de momento no presentaba ningún efecto secundario -y tras mucho insistir por parte de las dos jóvenes- los padres de Isa habían abandonado la habitación para bajar al restaurante del hospital a cenar.

La televisión del dormitorio se encontraba encendida mostrando un musical, pero ninguna de las dos le prestaba atención. Se encontraban sentadas en la cama de Isa -una al lado de la otra- perdidas respectivamente en sus mundos.

La verdad es que Isabella se encontraba más tranquila de lo que había estado en diez días, el tiempo que hacía que le habían diagnosticado cáncer. Sabía que los efectos secundarios irían apareciendo a medida que avanzase en el tratamiento, a medida que fuera enfermando cada vez más, debilitándose. Pero al ver que ya llevaba cuatro horas de las cinco del primer día de quimioterapia y seguía encontrándose perfectamente bien, se había relajado muchísimo. Al fin y al cabo, no parecía tan terrorífico como se lo habían pintado. Sabía que no siempre sería así, pero las ganas de tener un poco de paz acabaron ganando, convenciéndola de que finalmente no sería para tanto.

—¿Y a ti?

Hannah se giró hacía Isa, confundida.

—¿Y a mi qué?

—Tú sabes el tratamiento que tengo por delante. Yo... Yo no te he preguntado que tienes tu... Lo... Lo siento —bajó la mirada, avergonzada.

—No pasa nada. ¡Joder Isa! ¡Acabas de descubrir que tienes cáncer! ¡No pasa nada! —Isabella no pareció convencida—. Bueno... esta semana empiezo mi tercer de diez ciclos de quimioterapia, para hacer después dos semanas de quimioterapia intensiva y entonces empezar la inmunoterapia de células CAR-T —Isa no sabía que era eso, pero no preguntó. Era consciente de que, aunque la chica de las sonrisas maliciosas se lo explicase no entendería nada de nada.

» Esperemos que esta vez sea la definitiva ¿no?

Isabella captó el tono de su voz.

—¿Crees que no funcionará?

Hannah hizo una mueca.

—Funcionar funcionará, pero no se durante cuánto tiempo.

» La leucemia siempre acaba volviendo.

» Una y otra vez.

No tuvo tiempo a responderle puesto que la puerta de la habitación se abrió de golpe. Un hombre y una mujer entraron como quien entra en su casa, pero eso no era lo más extraño. Ambos iban completamente tapados con una sábana.

Hannah soltó un suspiro instantes antes de que ambos se destaparan tirando las sábanas por los aires dramáticamente. Isa no pudo evitar contener una sonrisa ante la sorpresa. Eran payasos. Payasos.

—Princesa —dijo el hombre mientras se inclinaba para hacer una reverencia. Iba vestido con tejanos y una camisa de color verde chillón en conjunto con una corbata amarilla que tenía dibujado un dragón con gafas. Una nariz de payaso roja y el pelo completamente de punta complementaban su look.

—Altezasss —rectificó la mujer marcando excesivamente la s del plural mientras le daba al hombre un golpe amistoso en el hombro antes de unírsele en la reverencia. Ella iba con un vestido amarillo con topos rojos, la misma nariz y dos coletas enromes acabadas en dos grandes lazos.

Al ver que nadie decía nada la mujer levantó ligeramente la cabeza desde su pose inclinada.

—¿Nos vais a permitir levantarnos o queréis que se nos parta la espalda? —les preguntó en un tono cómicamente nasal. Isa no dijo nada, todavía sorprendida con su aparición, y la chica de las sonrisas maliciosas, menos aún. Parecía resignadamente desesperada—. Bueno, me lo tomaré como un: sois bienvenidos, herrrmosos míos —dijo encogiéndose de hombros mientras se estiraba los músculos exageradamente al levantarse.

Somos polvo de estrellas ✔Where stories live. Discover now