XLVI

2.5K 246 105
                                    

—¿Se puede saber qué demonios te pasa? —le miré de brazos cruzados tras salir de una reunión con Hange. Jean emitió un gruñido.

—Es que he ido a ver a mi madre y me pone los nervios. Hemos vuelto a discutir.

—¿Sigue con lo mismo?

—No. Esta vez ha sido un poco diferente. Me vuelve loco —el chico suspiró.

—Si esta vez no te apetece hablar de ello, no pasa nada, pero vamos a comer algo. Mi madre siempre dice que las cosas se ven de otra manera con el estómago lleno.

—Esa es la peor excusa para comer antes de la hora de la cena que he escuchado nunca.

Solté una sonora carcajada.

—Es que tengo hambre.

—Entonces dilo claramente —me miró de reojo, pero aún así noté como se sonreía.

Jean me siguió hasta la cocina del cuartel. Saqué un par de sartenes y comencé a cocinar algo rápido con carne y trozos de verdura picada, que aderecé con un poco de especias. No era la primera vez que los dos nos reuníamos para comer algo solos. Desde la llegada de los barcos de Marley y dado el estrés que a veces nos provocaba la actitud de los nuevos reclutas y compañeros, nos juntábamos de vez en cuando para charlar a solas, desahogarnos o simplemente matar el tiempo hablando de trivialidades. No sabría si llamar a aquello amistad, pero sí que tenía claro existía entre ambos una profunda relación de camaradería.

El olor pronto envolvió la cocina y coloqué la sartén sobre uno de los mostradores. Jean cogió un par de cubiertos y me entregó uno. Los dos empezamos a comer en silencio.

—Está muy bueno y se hace muy rápido. ¿Quién te lo ha enseñado? —me preguntó.

—Becca —miré a Jean con curiosidad—. ¿Mejor? —el chico asintió— Ya te lo he dicho. Con el estómago lleno siempre se está mejor.

—Tendremos que comerlo deprisa. Como nos pillen aquí, nos va a caer una buena.

—Será nuestro secreto —le guiñé un ojo, a lo que Jean sonrió de medio lado.

—Oye, ____... —levanté la vista de la sartén cuando Jean habló tras varios segundos de silencio tranquilo entre los dos— Sé que no me incumbe, pero me llevo preguntando esto desde hace mucho tiempo —enarqué una ceja expectante—. ¿Por qué te enamoraste del capitán Levi?

Me quedé anonadada por unos instantes. Analicé su expresión. Jean parecía triste en cierta manera. Terminé deduciendo que la discusión con su madre debía de ser el tema de siempre, los deseos de la mujer porque su hijo se casara y formara una familia. Y entendía perfectamente los motivos de Jean si no lo deseaba en esos momentos. No nos encontrábamos en la mejor situación. Acabábamos de llegar de Marley, Sasha había muerto y Eren había declarado la guerra al mundo. Desde luego que no era el mejor momento para pensar en ello, cosa que resultaba irónica teniendo en cuenta que todo apuntaba a que podría estar embarazada.

—Mmmm... —reflexioné por unos segundos— No tengo muy claro el punto exacto en el que me enamoré de Levi. Creo que fue un proceso más bien lento y fueron un cúmulo de situaciones.

—¿No fue un flechazo?

—Para nada —emití una leve risa—. ¡Por las murallas! No le soportaba. Me trataba fatal y era muy grosero. Y yo tampoco es que fuera muy agradable con él. Pero, en algún punto, y en mis esfuerzos por intentar llevarme medianamente bien con él teniendo en cuenta que éramos compañeros, comencé a ver cosas de Levi que me gustaron. No sé si llamarlo tierno, pero me di cuenta de que Levi se preocupaba mucho más de lo que parecía por los demás. Así fue cómo me empezó a picar la curiosidad y empecé a observarlo muy a menudo. En algún punto, me enamoré.

Más allá de las murallas - SnK [LevixReader]Where stories live. Discover now