XXIII

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El crimen de anteponer sus propios intereses y atentar contra la subsistencia de la raza humana le proporcionó al ejército la justificación para llevar una purga implacable en el antiguo régimen al que se había puesto fin en la sublevación. Los miembros de la asamblea y todos aquellos relacionados con ellos fueron despojados de sus títulos nobiliarios y enviados a campos de detención por todo el territorio. En cuanto a las clases nobles que quedaron, se estableció una diferencia en el pago de impuestos entre aquellos que habían colaborado con el ejército y aquellos que se habían opuesto.

Debido a la sublevación, además de las víctimas mortales, se habían perdido hombres competentes, figuras clave para la humanidad, pero también se habían ganado muchas cosas. Se supo que los gérmenes de la renovación tecnológica que se suponía que la Policía Militar había ido eliminando habían sido conservados en secreto por una parte de la Policía Militar Central, lo que dio lugar a una mejora de las armas. El mineral luminoso del inmenso espacio subterráneo que había en el terreno de la familia Reiss y que se decía que habían producido los titanes se usó como recurso natural que no consumía energía y se dio a los ciudadanos. También se iluminaron día y noche las zonas industriales y eso mejoró la productividad.

Además, la capacidad de endurecimiento que había obtenido Eren, no solo dio esperanzas de poder cerrar el agujero del Distrito de Shiganshina, sino que supuso el nacimiento de un arma antititanes. En el Distrito de Trost se construyó aprovechando esta habilidad una especie de guillotina que facilitaría la matanza de todos aquellos titanes que osaran atravesar la muralla. Recuerdo la emoción que sentimos, la excitación del trabajo bien hecho, cuando aquella arma golpeó la nuca de un titán de doce metros que quedó completamente noqueado. Cuando vimos las nubes de vapor que ascendían hacia el cielo, indicando que su cuerpo se desharía para siempre, los gritos de júbilo se extendieron entre los soldados. Nunca había visto a Hange tan emocionada, gritándoles a los periodistas que habían subido con nosotros a lo alto de muro que escribieran sobre lo que habían dicho y que extendieran la noticia. Si se creaban más guillotinas como esa en otros distritos, su defensa sería mucho más fácil.

—_____—me llamó Levi. Cuando me giré, me percaté que Eren había caído de rodillas en el suelo. Se cubría su nariz con sus manos, pero de ella salía sangre abundante que tiñó enseguida su piel de un intenso color rojo.

—¡Eren! —corría hacia el castaño y me arrodillé junto a Levi. Saqué un pañuelo que le entregué para que se limpiara— Sostenlo así, pero no pongas la cabeza hacia arriba.

—¿Qué ha pasado? —mi grito había alertado también a Hange, que lucía preocupada.

—Está sangrando por la nariz —le expliqué—. Es posible que haya forzado demasiado el poder de titán.

—Últimamente ha estado haciendo experimentos de endurecimiento sin parar —continuó Levi—. Será mejor pensar que la roca que produce es limitada. Y eso incluye su cuerpo.

—Oh. Lo siento Eren —Hange parecía apenada—. Me había entusiasmado con la idea.

—No te disculpes, Hange —Eren se apartó un poco el pañuelo para poder hablar mejor—. Solo estoy un poco cansado. Hemos conseguido un arma alucinante, ¿no? Hagamos muchas más. ¡Y pensar que podremos matar titanes sin que se coman a nadie! Si logramos tapar el Muro María, iremos reduciendo el número de titanes con esto y acabaremos con todos los titanes del Muro María. Hay que darse prisa. Hay que reunir armas e ir a Shiganshina.

—Eren... —murmuré al ver la expresión del chico. Estaba decidido, pero yo no creía que fuera realmente consciente de lo que su cuerpo sufría cada vez que se esforzaba tanto. Quise añadir algo más para hacerle entrar en razón, que comprendiera mi punto de vista como médico, pero Levi puso su mano en mi hombro. Le miré sorprendida y negó levemente con la cabeza. No hizo falta que me expresara su opinión con palabras. Eren era lo suficientemente mayor como para decidir por su propia cuenta. Y ya había decidido.

Más allá de las murallas - SnK [LevixReader]Where stories live. Discover now