XXIX

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*Nota de la autora: Queridas mías, quiero haceros una advertencia antes de que leáis este capítulo, así que espero que todas leáis esto. Lo puse al principio de esta historia, pero por si alguien no se acuerda o no se ha enterado todavía, EN ESTE FANFIC HAY SPOILERS. Sí, como ya sabéis, este fanfic sigue la historia original del manga. Yo, evidentemente, aporto mi propio granito de arena, pero lo esencial es todo canon y, ojo, en este capítulo HAY SPOILERS MUY IMPORTANTES DEL MANGA. Yo solo quería recordarlo para todas aquellas que ven solo el anime. Leeréis bajo vuestra responsabilidad.

Tu voz es mi guía
Un ave solitaria llora
buscándome en el cielo sin nombre
Vamos hacia el mañana
en la cuna de ternura que he estado tejiendo
incluso en días lluviosos y días soleados
para poder protegerte
Mi tesoro irremplazable
Flor sin nombre que duermes silenciosamente

Un hombre observaba a la niña entonar aquella canción. La pequeña, sentada sobre un inmenso campo de flores que se extendía más allá de donde alcanzaba su mirada, las iba cortando una a una, observándolas con detenimiento y tratándolas con una delicadeza inusitada. Su vestido, de color crema, se dispersaba a su alrededor formando un círculo casi perfecto. En ese momento, una suave brisa sopló. El cabello de la niña, normalmente despeinado, lucía recogido en una trenza. Sin embargo, algunos pelos rebeldes luchaban por dejarse llevar por la corriente.

Solo tengo un deseo: Tu felicidad
Vamos hacia el mañana
en la cuna de ternura que he estado tejiendo
para decirte que 'te quiero'
incluso en días lluviosos y días soleados
Nací en esta ciudad para conocerte
Debido a que nací en este pueblo
te pude conocer

El hombre, que permanecía mirándola con las manos en los bolsillos de su viejo pantalón, sonrió. Era una sonrisa casi imperceptible y que muy pocos habían tenido el privilegio de ver. Llevaban casados cinco años y aún entonces, le sorprendía escuchar a su propia hija cantar con tanta inocencia las nanas que su madre le entonaba cuando todavía era un bebé. Aquellas canciones, tristes, pero a la vez hermosas, le solían infundir esperanza. Él nunca antes las había escuchado, pero su esposa a veces las entonaba cuando él regresaba a casa, cargando el ambiente de una sensación de nostalgia y pertenencia a un lugar ajeno y lejano que no estaba seguro de poder expresar con palabras.

Un ave solitaria se eleva
buscando el mañana
en el cielo sin nombre

Se acercó lentamente a su hija y juntos cantaron aquella última frase de la nana. Se sentó con ella, rodeando su diminuto cuerpo con sus largas y musculosas piernas. La niña permanecía de espaldas, colocando las flores en pequeños montones. Él le acarició el pelo y soltó las horquillas que se lo recogían. Su melena alborotada se meció al compás de la brisa y las puntas de los mechones de su cabello le acariciaron el rostro, permitiéndole aspirar el suave aroma a inocencia que desprendían.

—¿Son para mamá esas flores? —preguntó finalmente.

—Sí —respondió la niña con su dulce voz—. Ya no se puede mover casi.

—Eso es porque tu hermanito está a punto de nacer.

Pasó sus dedos por los suaves mechones de su pelo. Su mujer seguramente habría trabajado esa mañana varios minutos en domar aquella cabellera y recogerla en aquella trenza que él había deshecho en solo unos segundos. En cuanto los viera entrar por la puerta de su pequeño y acogedor hogar seguro que le regañaría y le diría que la próxima vez fuera él el que peinara a su hija. Volvió a sonreír inconscientemente, pero aquella sonrisa se borró de su rostro a medida que recordó que debía marcharse pronto de nuevo.

—_____ ­­—pronunció su nombre con lentitud—, papá tiene que marcharse otra vez.

La pequeña permaneció inmóvil. Tras unos segundos, giró lentamente el cuello para mirar por encima de su hombro y dejó caer sus párpados con lentitud, justo como hacía su madre cuando acababa de escuchar algo que no le agradaba. No obstante, se alegraba de que le estuviera mirando directamente a los ojos porque no quería marcharse a otra misión sin ver el rostro de su hija una vez más.

Más allá de las murallas - SnK [LevixReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora