XLIX

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—Oye.

Me pareció escuchar una voz a lo lejos que me llamaba.

—Oye.

Sonaba como un eco y me resultaba vagamente familiar.

—Oye, ¿estás bien?

—¿Qué?

Di un respingo al notar que alguien me agarraba del brazo. Por unos instantes estuve desconcertada, pero enseguida reparé en que estaba en el barco, que habíamos salido del puerto de Paradis y que nuestro objetivo era detener a Eren y el Retumbar.

Gabi y Pieck me miraban ligeramente preocupadas. No entendía muy bien qué sucedía, pero sí me percaté de que los ojos de la niña se movían constantemente hacia mis manos. Fue entonces cuando me di cuenta de que sostenía con fuerza la foto de la familia Grice que me había dado Zeke. La había llevado todo el tiempo dentro del bolsillo de mi chaqueta, no sabía en qué momento ni cómo había decidido sacarla.

—Estábamos hablando y, de repente, te has quedado callada. ¿Todo bien? —se interesó Pieck.

—Eh... Sí, todo bien.

Noté que la gaviota que había en el ojo de buey y que había causado mi distracción ya no estaba.

—¿Por qué tienes una foto de la familia de Falco?

—Gabi...

—Me lo has dicho tú, Pieck. Y que viste cómo Colt se la daba a Zeke —la voz de la niña temblaba—. ¿Por qué tienes una foto de ellos?

Miré de nuevo la fotografía, que seguía sosteniendo en mi mano. Noté cómo se formaba un nudo en la garganta que me hacía imposible articular palabra. ¿Cómo le explicaba el porqué de esa foto? Entendía su confusión y que me pidiera respuestas. Era raro y seguramente tendría miedo de los motivos por los que llevaba esa fotografía conmigo.

—____ —Hange abrió la puerta y me sentí inmediatamente aliviada. Ella sería mi vía de escape para no tener que hablar de un tema que, dada la situación en la que nos encontrábamos, me parecía cuanto menos peliagudo—, ¿puedes echarle un vistazo al brazo de Yelena?

—Claro.

Salí de la habitación sin dirigir ni una sola mirada a ambas chicas. Colocamos a Yelena también en una habitación y examiné el brazo que Theo Magath le había roto. Era una fractura originalmente más bien limpia, pero el haber tenido que huir hasta el barco sin haber sido tratada previamente la había empeorado.

—Te va a doler mucho —le advertí antes de colocarle todo en su sitio y proceder a ponerle el brazo en cabestrillo. Yelena contuvo los gritos de dolor como pudo, pero, al terminar, estaba exhausta.

—¿Podemos hablar ya con ella? —se interesó Hange al verme salir del camarote.

—Todavía no. Le he dado algo para dormir. Es algo menos potente que lo que se ha tomado Levi, por lo que debería estar despierta en un par de horas.

Aprovechamos ese pequeño rato para descansar o, al menos, para intentar despejarnos un poco. Al caer la noche, llegamos a un desierto puerto de Odiha. Parecía que la población había huido ya hacia el sur, intentando escapar del Retumbar. Una vez anclamos el barco al puerto, bajamos para llevar la aeronave hasta un hangar cercano, donde nos repartimos las distintas tareas para ponerlo en marcha y cargarlo con todo lo que fuéramos a necesitar.

Me asomé un par de veces al camarote donde Levi se encontraba descansando y, aún así, aprovechó una de esas ausencias para ponerse en pie y salir de su camarote, por mucho que Armin y yo le dijéramos que tenía que reposar. Fue él quien nos informó de que Yelena ya había despertado, así que podíamos interrogarla sobre el paradero de Eren. Según ella, el siguiente objetivo del chico podía ser un fuerte situado en la cordillera sur de Marley conocido por ser una base de investigación.

Más allá de las murallas - SnK [LevixReader]Where stories live. Discover now