🌹𝐔𝐍𝐀 𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐀𝐋🌹 ~Yoonmin~

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Maratón (2/2)

(Narrador Omnisciente)

Las lágrimas dolorosas eran algo que ya salían expontaneamente de los hermosos y apagados ojitos del Omega.

El cuerpo tirado, lastimado, herido, golpeado y brutalmente maltratado, del pequeño Jimin, se encontraba sin movimiento en aquella cama en la cual había sufrido tan ruin maltrato.

El Omega sollozaba en silencio, sintiendo todo su cuerpo lastimado, con dolor en cada centímetro de este. Jimin quería gritar, quería desahogar su dolor, él solo quería gritar por ayuda, él... Solo quería morir de una vez por todas.

Se sintió más asqueroso que antes, se sintió más roto, más inservible y sobre todo, menos capas de seguir sobre llevando un dolor tan grande como el que vivía día con día.

Jimin estaba consciente que aquella semana en la que Jungkook se portó dulce, amoroso y tierno con él, fue solamente una fachada, una capa para cubrir sus verdaderas intenciones con él. Sabía que el Alfa estaba tramando algo grande y aunque aún no sabía de qué se trataba realmente, sabía que la pieza clave para todo, siempre sería únicamente él.

El rubio intento mover su lastimado cuerpo de aquella mullida cama, soltó gruñidos lastimeros, cada que movía parte de su cuerpo,  siempre soltando lágrimas gruesas de sus tristes y apagados ojitos.

Fue consciente de todo su sufrimiento y dolor, una vez logró estar de pie. Observó aquella cama, la cual desde ese momento detestaria tanto como odia y desprecia a Jungkook. La cama se encontraba con varias manchas de sangre en ella, muchas eran debido al maltrato físico que sufrió con el cinturón, demostrando que su débil piel no resistió y muchas otras eran por haber sido profanado brutalmente.

Ahogo un fuerte sollozó más, cerró sus ojitos y solo se dejó escuchar un jadeo de dolor. Camino con dificultad hasta el baño, encerrándose ahí mismo, sintiendo cada parte de sus músculos rogarles por atención médica. Su llanto fue inevitable en el momento que se puso de pie frente al espejo, notando todas las marcas muy gravadas en su cuerpo.

El Omega creía y estaba seguro que era un ser asqueroso, sin vida, que su cuerpo siempre se vería así o peor si seguía con esa vida tan desgraciada que llevaba y todo por temerle a un Alfa que creyó amaría por toda su vida y ahora no hace más que odiarlo, detestarlo rogar jamás haberlo conocido.

Lloró durante varios minutos frente aquel espejo, sin el suficiente valor de tocar ninguna de sus heridas, pues sabía perfectamente que le dolerían como el mismísimo infierno. Al cabo de unos minutos de volteó al estante en el baño y saco un par de pastillas, las cuales ingirió sin dudar.

No estaba dispuesto a quedar en cinta una vez más y perder a un angelito más. Jimin trataba de tomar esas pastillas todos los días, incluso si Jungkook no lo tocaba, pues tenía miedo de quedar en cinta, no quería, no deseaba más aquello, si sabía que traería a un pequeño solamente a sufrir, no permitiría que un cachorro suyo sufriera lo mismo que el sufre.

Después de tomar ambas pastillas, entro a la ducha, regulando la temperatura de esta y dejándola lo más liviana y cálida posible, para no gritar cuando el impacto de esta caiga sobre su cuerpo.

Con cuidado entro y dejó que el agua cubriera todo su cuerpo. Frunció el ceño y sus labios se abrieron al instante en que la lluvia artificil toco su lastimada piel. Solamente dejó que bajara y cubriera rodó su cuerpo, bajo la vista y sus ojitos se llenaron una vez más de lágrimas cuando notó el agua roja que corría bajo sus pies, cubrió su boca para no soltar un fuerte sollozó. Aquella escena estaba siendo más dolorosa que cualquier otra para el Omega.