Capítulo. 11

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¿Por qué no me duele?

Después de terminar los asuntos en el campo de tiro, casi cayendo la noche. Sebastian y Amelía fueron a echarle un ojo al departamento que el ojiazul buscó para la castaña con mucho empeño, mismo apartamento quedaba a tres cuadras de donde vivía el rumano que inconscientemente o quizás no tan inconsciente quería a su bonita, como la había llamado cerca.

Stan llevó a Amelía hacia el ascensor del edificio y le cubrió los ojos con sus manos para que no viera aún el lugar, cuando llegaran al piso correcto.

—Quita tus manos de mis ojos, quiero ver.— Amelía se quejaba, intentando zafarse de ese agarre. —Te voy a morder.— Advirtió.

Sebastian rió un poco, tras ella. —No seas tan desesperada.— Pidió.

—¡Es que me pones nerviosa!— Chilló la castaña. Tenía a Sebastian demasiado cerca y casualmente ese día andaba muy hormonal.

—No te haré nada.— Contestó Stan en un tono tranquilo.

—Pero yo si, así que apártate o violaré tu joven cuerpo.— Advirtió Amelía de nuevo.

El rumano solo quitó sus manos de los ojos de Marie, pero en ningún momento se separó de su cuerpo, de hecho se acercó más. Justo cuando una notificación de mensaje en su celular llegó, saco el mismo y lo revisó, este era de parte de su novia Dianna y decía:

"Hola, Sebastian. Espero estés muy bien.
Se que esta no es la manera correcta, pero ya que casi nunca nos vemos, pues es más fácil.
Quiero terminar nuestra relación de la manera más sana posible, que no haya rencores ni nada malo después de lo poco que duro lo nuestro.
Fuiste un gran hombre y sin duda un buen novio.
Te quiero muchísimo. Gracias por todo."

Sebastian pestañeó varias veces, después de leer el mensaje una tercera ocasión. Agron le había terminado por mensaje, claramente eso lo dejo en shock porque no se lo esperaba, pero en su pecho no sentía absolutamente nada negativo, de hecho se sentía aliviado. Y eso le parecía muy extraño, ¿por qué no le dolía su ruptura?

Amelía miró a Stan, que en ese momento estaba color espantado. —¿Y a ti que te pasó?—

El ojiazul miró su celular un momento y luego a la chica. —Me terminaron por mensaje.— Susurró, aún ido.

Brown abrió sus ojos con sorpresa y abrazó al muchacho de inmediato. —Lo siento, Sebb.— Susurró abrazándolo más.

Sebastian la abrazó también. —La distancia aveces suele ser peor que la mentira.— Habló él.

—Depende de cual sea la mentira.— Amelía dijo, separándose del abrazo. —¿Quieres que te cuente mis penas amorosas para que no te sientas tan mal? Te haré reír.— Alzó las cejas varias veces animándolo.

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora