Capítulo. 59

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Reconectando.

—Sexy-Sebas.— Dijo en un ronroneó Anthony.

Amelía caminó para ver a Sebastian y se chocó con la maleta del moreno. —¡Te dije que pusieras tus trastes en el rincón!— Gritó.

Mackie tomó el brazo de Stan y lo jaló hacia el gran departamento. —La gente que se queja mucho se muere más rápido.—

Sebastian observaba a la muchacha que estaba concentrada en otra labor, se veía tan linda ese día.

—La gente que no me hace caso muere más rápido aún.— Gruñó Amelía arrastrando la maleta de su inquilino al rincón donde quería, al terminar sacudió sus manos y miró al rumano con una sonrisa. —Hola, Tian.— Estaba dispuesta a enmendar un poco las cosas.

—Hola, Lía.— Saludó el ojiazul algo cohibido, ya que últimamente estar con ella lo hacia sentir un asco de persona por su actitud pasada, misma que ella le recordaba cada segundo.

—¿Y mi abrazo?— Preguntó la ojiverde haciendo un puchero.

Sebastian la observo confuso. —¿Segura?—

Amelía rodó los ojos y se le lanzó encima para darle un gran abrazo, incluso metió las manos dentro de la camisa del rumano. —Te extrañé.—

—Yo igual.— Susurró Stan besándole la frente a la chica. —¿Qué hace el aquí?— Señalo al otro ser en la casa.

Mackie los observaba como señora desde el sofá, bebiendo té. —Tener amigos millonarios es buenísimo.—

—Es la última vez que te invito a mi casa porque tienes mi cocina hecha un desastre.— Amelía lo acusó, aún abrazada al rumano.

—Sebastian, regáñala. Está acusándome falsamente.— Anthony la amputó con su dedo y arrugó su cara como un anciano.

—L-am omorât și tu îl îngropi, bine?— Dijo Amy observando a Sebastian.

—Mai bine îl ardem, așa că există mai puțină suspiciune.— Stan sonrió al escuchar a la muchacha hablar en su idioma natal, el rumano.

—Perfect—

—¡Conspiración!— Gritó Mackie lanzándoles un cojín a los dos.

Amelía se lanzó hacia el hombre el, le hizo una llave dejándolo en el suelo. Estaba sentada sobre la espalda del hombre, sujetandole con fuerza las manos. —¡El cuchillo, el cuchillo!— Le gritó a Sebastian.

Stan corrió por toda la casa buscando un cuchillo, terminó tomando uno de plástico y se lo entrgó a la chica. —Mátalo.—

Lía colocó el cuchillo en el cuello de Mackie. —Tus últimas palabras.—

—¡No me arrepiento de nada!— Gritó orgulloso Anthony. —Ah, y tienes mucha fuerza, eh._

—Gracias, entreno mucho.— Contestó Lía.

Sebastian estaba sobre el sofá riéndose y con mucha maldad, echó un hielo dentro del pantalón de Mackie. ¿De dónde lo saco? Nadie sabe.

—¡Stan!— Gritó incomodo el moreno, soltándose de Amelía y saltando para sacar el hielo.

Amy lo amputó con el cuchillo. —Yo no fui.—

—Ven acá, fiera salvaje.— Mackie se acercó a la mujer para "pelear".

Ambos empezaron a darse manotazos, fingiendo una lucha a muerte.

—¡Juju!— Se burló Mackie despeinando a la mujer.

Sebastian se metió en medio de sus amigos y los hizo parar. —Ya, respiren. Los amigos no se pelean.— Dijo mirándolos serios, especialmente a Mackie.

Anthony lo empujó sin intención de hacer daño, pero le salió mal. Sebastian no pudo mantener el equilibrio y cayó de espaldas sobre Amelía, quien se golpeó la boca en el firme suelo al no poder tener los reflejos suficientes para apoyarse con sus manos.

—¡Mierda!— Se quejó Lía.

—Bonita, ¿estás bien?— Preguntó Sebastian girándola y abriendo los ojos como platos al ver la gran partidura en el labio inferior de Amelía.

Mackie se asustó de inmediato. —Lía, perdón. Me pasé. Lo siento.—

—¡Busca algo para curarla, Mackie!— Gritó el ojiazul.

El moreno salió corriendo como un rayo para buscar un botiquín de primeros auxilios en algún lado de la casa.

Stan tomó el rostro de la chica y observó la herida. —¿Te duele?—

—No más que sentir tu peso sobre mi espalda, señor puro músculo, pero todo bien.— Dijo Amelía limpiándose la sangre de la barbilla y sentándose en el suelo. —Lo bueno de estos 5 minutos es que podré decir que soy un vampiro.— Arrugó la nariz y fingió que le salían colmillos.

Sebastian se echó a reir, sentándose frente a ella en el suelo. —Te amo demasiado, bonita.—

—Yo te amo mucho más, Sebb.— Contestó ella mirando por un largo rato los ojos de castaño frente a ella, se perdió en ellos un rato. Carraspeó fuerte, al ver como llegaba el moreno.

Sebastian, quién también se perdió en la mirada esmeralda azulada de la mujer, fijó su atención en el moreno.

Mackie llegaba con unos cócteles de fruta en copas, en vez de algo para curar las heridas. —¿Cuál quieren?— Preguntó bebiendo del suyo. —Hay de fresa y de limón.—

—¿Saben qué? Mejor dejo que la muerte me venga a buscar, permiso.— Comunicó la ojiverde, tirándose en el suelo y fingiendo estar muerta.

—¡Es una herida en el labio!— Exclamó Mackie.

—Ya no voy a poder besarme con la almohada, esto disminuye mi desempeño. Así que prefiero morir. — Dijo Amelía volviéndose a hacer la muerta después.

—Que rara eres.— Mackie hizo cara de asco.

—Anda por el maldito botiquín ahora, Anthony.— Mandó Sebastian riéndose.

—Ya voy.— Dijo el moreno.

Mackie dejó los cócteles y subió a la habitación de la mujer. Con una sonrisa grande en sus labios, ya que al darle su sazón a la mala situación entre Amelía y Sebastian, terminó uniéndolos nuevamente porque la miradita de amor si que la notó. Era un excelente amigo, sin duda.

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Otro.

Traducciones.

L-am omorât și tu îl îngropi, bine?/ Yo lo mató y tú lo entierras, ¿va?

Mai bine îl ardem, așa că există mai puțină suspiciune/ Mejor lo quemamos, así hay menos sospechas.

Perfect/ Perfecto.

Se les quiere mucho aunque no los conozca.

#Angie. ❤️

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora