Amelía Brown es una actriz famosa de Holliwood, una de las más cotizadas y hermosas del medio. Marvel la contactó para formar parte de sus películas, siendo la interprete de abordan Taylor/Dark Queen.
Brown a pesar de tenerlo todo, no posee muy bue...
Llegó el día del estreno de Dark Queen, era 13 de diciembre. Si, habían pasado algunos para no decir muchos meses desde que Amelía y Sebastian habían tenido sexo en la casa del castaño y desde que ella se había mudado a New York.
Durante esos seis meses, ambos se habían distanciado, no porque la relación se haya vuelto incomoda sino porque ambos estaban llenos de trabajo. Amelía por su lado estaba grabando Los Vengadores y Sebastian una serie llamada Political Animals y otra llamada Once Upon a Time. Hablaban poco y solo por mensajes, pocas veces llamadas.
Pero llegó el día de la premier de la primera película de Marvel protagonizada por una mujer, así que sería un maxi-evento. Ya todos los pertenecientes al elenco desfilaban por la alfombra violeta que habían colocado, al igual que los actores invitados. Mientras esperaban a la estrella de la noche.
Brown llegó a la hora que le dijeron que fuera, lógicamente, después de que todos llegaran para dar más impacto. A los estrenos siempre asistía en un auto blanco, del cual bajaba su hermano Adam para ayudarla a bajar siempre. Lo mismo pasó esa noche y la chica brillaba.
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Amelía desfiló por la alfombra, saludando a algunos fans y posando para las cámaras, más dando algunas entrevistas. Al rato llegó con sus compañeros, los pertenecientes a su tercera película en Marvel.
—Mujer, atentas contra mi heterosexualidad.— Soltó Scarlett Johansson con una sonrisa pícara, acercándose a la que hace tres menes se convirtió en su mejor amiga.
—Digo lo mismo, Ingrid.— La castaña besó la mejilla de su amiga y la abrazo por la cintura. —Tú y yo nos vamos a casar.—
Hemsworth quien estaba presente aplaudió. —Soy el padrino.—
—Yo tengo más derecho.— Intervino Christopher viendo a sus dos mejores amigas abrazadas.
—Payasos.— Scarlett insultó y se llevó a su amiga un rato a un rincón. —Hiddleston quiere verte. Me sorprende que aún no lo conozcas, en serio.—
Amelía negó con la cabeza un poco. —No debería, tengo más proyectos y mis horarios son complicados. Cuando el está en el set, yo no pero ya que terminé con las otras grabaciones por ahora, lo conoceré.—
—Ahí viene el príncipe William.— La que interpreta a Black Widow señaló con la nariz la dirección.
—Buenas noches, señoritas.— Saludó Tom con su típico acento británico.
Amelía cerró los ojos un segundo, un hombre con voz linda se ganaba su corazón en segundos. Se giró un poco y le sonrió a Thomas. —Buenas noches.—
—Al fin nos conocemos.— Le habló Hiddleston, antes de tomar una de sus manos y dar un dulce beso ahí.
Brown sonrió encantadísima. —Lo mismo digo.— Contestó, pero no se dejó soltar la mano, porque el hombre que la sujetaba, tenía un tacto delicioso.
—Nadie ha visto la película pero seguro será fantástica, así que de antemano, te felicito.— Le dijo súper dulce.
El ojiazul estaba encantado con la chica desde que la vió en instagram y supo que sería parte del cast de Los Vengadores. Eso si, no fue hacia ella en plan conquista, pero si se daba algo más, no iba a protestar.
Amelía sonrió de nuevo. —Gracias, Tom.— Le contestó ella. Dios mio, era altísimo y ni con mil tacones lo alcanzaría. —¿Cuánto mides?—
Hiddleston se echó a reír. —1,88. ¿Por qué?—
—Porque en caso de que terminemos siendo muy bueno amigos, que claro que pasará, ¿cómo te pellizcaré las mejillas o te alborotaré el cabello si no alcanzo?— Preguntó Amelía alzando sus brazos para intentar alcanzarlo. —¿Ves? No puedo.—
—Bueno, agarras una silla y te subes.— Bromeó el actor de Loki, metiéndose la manos en los bolsillos.
—Ja, ja. Gracioso tú.— Brown le contestó algo seca y después se echó a reír. —Me caes bien.—
—Tú igual, princesa.— Le contestó Hiddleston.
Las mejillas de Amelía se tiñeron de un leve rojo por como la acababa de llamar, pero antes de que él se diera cuenta, la llamaron para tomarse algunas fotos con Sebastian Stan.
—Debo irme.— Le anunció a Tom y se despidió de él alzándose para darle un beso en la mejilla, que se le dificultó un poco. —¿Viste? No alcanzo.— Dijo divertida antes de irse a donde le indicaban.
Hiddleston rió viéndola irse, se iban a divertir muchísimo en el set cuando les tocara grabar.
Amelía llegó con el rumano y lo saludó con un beso en la mejilla. —Me hiciste falta.— Le confesó con los ojos brillosos, aunque siempre le brillaran, esta vez lo hacían de forma diferente.
—Yo igual, bonita.— Contestó él sonriendo y viendo hacia las cámaras que los fotografiaban. —Te tengo una noticia.—
—¿Buena o mala?— Preguntó Brown, abrazando a Sebb por la cintura, en plan amistoso. —Muy buena, estoy muy feliz con ello.— Contestó Stan.
—Pues suéltalo, Tian.— Pidió la ojiverde.
—Tengo novia.— Sebastian soltó sin anestesia.
Amelía dejó de sonreír un momento, quedó en el limbo con esa noticia, sin saber que decir, pensar o hacer. Cuando volvió, escuchó a Stan hablándole de su nueva pareja h se dió cuenta de que bajaban unos escalones.
—Se llama Jennifer Morrison, es mi coprotagonista en una de las series que estoy grabando. Te va a encantar, es súper dulce.— Decía Stan contento, ayudando a la castañas bajar esas pequeñas escaleras.
Amelía tragó el grueso nudo que se formó en su garganta y fingió una sonrisa feliz. —Te felicito, Sebb. Mereces a alguien que te haga feliz, espero que todo vaya bien.—
—Gracias. Ojalá tu encuentres a alguien también.— Sebastian le besó la frente. —Tú y mamá son las primeras en saberlo.—
—Pues me siento halagada.— Contestó la de ojos verdes, llorando internamente.
—Ustedes son lo más importante que tengo, me importan sus opiniones.— Confesó él.
Todos escucharon el llamado para entrar a la sala de proyección al ver por primera vez la película, las personas muy emocionadas empezaron a entrar y a tomar sus asientos.
—¿Vamos?— Preguntó Sebastian extendiéndole el brazo.
Amelía asintió tomándole el brazo, sintiéndose miserable por dentro pero consciente de que no podía mostrarlo. Así que con una sonrisa los más natural posible, fingió estar el resto de la noche.
