Capítulo. 40

2.2K 222 287
                                    

La Cátedra. Parte 2

—Este lugar es otro mundo. — Comentó Ryan observando cada espacio del inmenso closet de su mejor amiga. —Aqui podrías meter un caballo como hacen en Hanna Montana.—

—Te apuesto a que lo tiene dividido por pasillos.— Adam codeó a Reynols.

—Pues dejen de criticar mi museo, vale. Vengan, iremos por los perfumes.— Amelía los conduce a uno de los pasillos, donde estaban sus joyas y sus perfumes respectivamente ordenados. La chica tomó una linda corona y se la colocó en la cabeza. —Bien, empezaré con la publicidad.—

Sebastian estaba observando los envases con mucha atención, a ver si podía robarse un perfume.

—Silencio y preste atención.— Mandó Amelía esquivando el tema, carraspeo un poco antes de hablar y tomó el primer perfume. —Boss Bottled, recomendado para hombres jóvenes que les gusta lucir impecables, dura bastante en el cuerpo. Tiene un aroma de fruta dulce, especias y madera.— Todo lo dijo con acento francés. —Y se lo voy a regalar a Sebastian porque lo está mirando con deseo.—

Sebastian hizo muecas muy exageradas de agradecimiento y agarró el frasco como si fuese un premio. —Gracias a mi madre por traerme al mundo.—

—Si lo veo completo cuando vaya a tu casa, te lo quito.— Advirtió Brown, para tomar otro frasco. —Grey Vetiver de Tom Ford.—

—Mujer, pero a ti te gusta lo caro.— Habló David. —Yo no puedo pagar esos perfumes.—

Amelía miró a su hermano con una ceja alzada y sonrió. —Mi papá me los regaló porque a mamá solo le gustaba el de Dior que se pone y como a mi me encanta andar oliendo a hombre, pues...—

—No pensaste en tus hermanos, sucia egoísta.— Insultó Mackie?

—En fin, el perfume de los bóxer de Sebastian, Calvin Klein One.— Amelía lo anunció como si fuera una maravilla.

—Esperate, ¿cómo sabes que Sebastian usa CK?— Preguntó Evans.

Amelía se acercó al rumano y le alzó la camisa. —Se le ven.—

—Lia nació para destruirme.— Contestó Sebastian tratando de bajarse la camisa pero la chica no lo dejaba. —Bonita, ya.—

—Es que se me dañó la lavadora y quería pedirte que me prestaras tu abdomen para mi ropita, no sé, digo.— Dijo Coqueta Amelía.

—¡Ya empezó! — Mackie aplaudió.

—Cállense los dos.— Sebastian dijo sonrojado, bajando su camisa.

Evans negó con la cabeza. —Podemos usar lo que queramos, siempre y cuando huela bien.—

—Ajá, eso.— Dijo Amelía mirando la hora de su celular. —Tengo que salir, así que si se quieren quedar, no me dañen nada no toquen nada que no sea de la cocina y o la sala. Pueden jugar con la playstation si quieren.— La chica desapareció por otro pasillo y salió por la puerta con mucha ropa en el brazo.

Los hombres se quedaron algo pasmados por la retirada de la chica, pero al rato todos salieron corriendo para lograr llegar a la sala y tomar los controles de la play para jugar. De ganadores quedaron Mackie y Ryan, mientras los otros buscaban algo para comer. Tiempo después, estaban gritando en la sala al ver un partido de fútbol, y el timbre de la casa sonó.

Adam entre risas fue a abrir la puerta, encontrándose con su progenitor. —¿Usted que hace aquí?—

—¡Marie!— Gritó el señor Alexander pasando como si nada.

—¡Ya voy, hombre!— Amelía salió corriendo de su habitación, con los tacones en la mano y un conjunto muy lindo sobre su cuerpo. Al llegar a la planta baja, se colocó los zapatos. —Listo.—

Ryan miró a su mejor amiga y soltó un silbido coqueto, seguido de Evans que empezó a aplaudir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ryan miró a su mejor amiga y soltó un silbido coqueto, seguido de Evans que empezó a aplaudir.

—Si me pegas, te pido perdón— Dijo Mackie arrodillándose frente a la chica.

—Y después dicen que la payasa soy yo.— Dijo con diversión Lía.

Sebastian se acercó a ella y le besó la mejilla. —Hermosa, mi bonita.—

—Si te beso estaría muy mal, ¿verdad?— Preguntó Amelía en tono de broma.

—Ya estás soltera, así que no.— Contestó Sebastian en un tono más coqueto.

—¡¿Qué tú, qué?!— Exclamó con fuerza el señor Brown.

—En el camino te explico, pa.— Amelía tomó el brazo del señor y caminanron hacia la puerta. —Recojan todo, por favor. Si Blake y Scar llegan, díganles que les aparte una cita en el spa. Chao.— Se despidió con la mano, antes de cerrar la puerta se asomó de nuevo. —Gracias por lo que hicieron hoy. Los amo.—

—¡Te amamos más!— Gritaron todos los hombres al mismo tiempo.

Amelía cerró la puerta con una gran sonrisa, amaba la amistad que tenía con cada uno de ellos y él como la hicieron sentir con la atención que le brindaron. Todos eran grandes hombres y ella los amaba.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Holaaaaa. Aquí el nuevo, capítulo. Espero les haya gustado.

Prepárense porque viene lo bueno.

Se les quiere mucho aunque no los conozca.

#Angie. ❤️

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora