Capítulo. 98

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En lo que se metió Sebastian.

Todos se habían sentado frente a la mesa para degustar la comida que Sebastian y Amelía prepararon; ambos con mucho esfuerzo hicieron una paella, la cual era acompañada por vino blanco. Después de que cada plato estuviera servido con el arroz y cada copa con el vino, empezaron con la cena.

Alexander tomó su primer bocado y después de tragar, rompió el silencio. —Tengo una teoría.—

Amelía miró a su papá y luego a Sebastian, quién le servía vino. —¿Cuál?—

Tony y Georgeta comían con tranquilidad, viendo al resto de los miembros en la mesa. La elegancia abundaba en ese lugar.

—Sebastian te embarazó y nos quieres dar la noticia.— Soltó el padre de Amelía sin pensar en la reacciones.

Amy se abogó un poco con un camarón y empezó a toser, para no desagradar a nadie, llevó la servilleta a su boca hasta que se calmó. Su padre la miró con una ceja alzada, entre burlón y serio.

Sebastian palmeó la espada de su novia y le pasó un poco de agua para que bebería. —¿Ya estás bien?—

Amelía asintió y tomó algo de vino. —Papá, no estoy embarazada.— Lo miró con seriedad.

—¡Diablos!— Se quejó Alex. —¡Ya dame un nieto!— Solloza falsamente.

Nieves golpea en el hombro a su esposo. —Relájate, ya tendrás tu momento.—

—Pero, entonces... Si, Lía no está embarazada, ¿qué pasa?— Preguntó Tony preocupado.

Adam soltó una pequeña risa. —No puedo creer que se hayan dado cuenta de que tenían sexo pero, no de lo que realmente son ahora.— Murmuró.

David frunció el ceño. —¡¿Son novios?!— Preguntó desbordando celos.

—¡Coño, al fin!— Exclamó Amelía en español alzando su brazos.

Sebastian rió y le tomó la mano a Lía, entrelazó sus dedos luego. —¡Sorpresa!—

—¡Ja! Te dije, te dije que eran novios. ¡Págame, Alexander!— Gritó Nieves, emocionada aplaudiendo.

El Sr. Brown suspiró y le entregó un billete de 50$ a su esposa. —Me alegra eso también porque hay esperanzas de un nieto.—

—Pa, ya déjala.— Pidió Adam, riendo

Georgeta sonrió feliz, orgullosa de que esos dos por fin hayan dado el paso. —Me alegra mucho por los dos, desde que fueron juntos a mi casa en navidad, supe que terminarían justos dijo la señora.—

Tony sonrió. —Recé mucho por ustedes.—

—¿Desde cuándo?— Preguntó David, bebiendo vino serio y celoso, como todo hermano mayor.

Amelía sonrió inocente. —Desde las grabaciones de Civil War en Alemania.— Contestó.

—¡¿Desde junio?! No puedes ser, son casi seis meses, Lía.— Exclamó rabioso el mayor de los Brownies. —Te pasaste, me parece muchísimo tiempo de relación clandestina.—

—Que pendejo eres, David.— Insultó Adam recibiendo una mala mirada de su hermano.

—Me importa un comino lo que te parezca, ahora cállate y siéntate a comer.— Regañó Amelía, señalándolo con un tenedor. —No sé si es una broma o estás enojado de verdad pero, yo adoro a Sebastian y te puedes ir al mismísimo infierno si no te parece, ¿de acuerdo?—

Sebastian bajó un poco la mirada, él quería ser aceptado por todos y al parecer, David no lo quería como novio de su hermana.

Alexander aplaudió a su hija, contento, era un cizañero. —Muy bien, pégale por metiche ahora.—

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora