Capítulo. 39

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La cátedra. Parte 1

Scarlett abrió la puerta de la casa de Amelía, tras esta estaban Sebastian y Mackie, quien había venido desde New Orleans para animar a la ganadora del Oscar. Amy estaba muy triste por su ruptura con Tom Hiddleston, había sido un tiempo muy bueno y lloraba cada vez que se acordaba del porqué de la separación. Christopher conversó con Johansson, llegando a la conclusión que debían llamar a todos los que pudieran contentarla.

—¿Dónde está?— Preguntó Sebastian preocupado.

—Recogiendo las cosas de Tom, se las va a llevar más tarde.— Contestó la actriz de Black Widow.

Anthony mientras cerraba la puerta de la gran casa, suspiró. —¿Ha comido?—

—Sabes que si, puede estar devastada pero nunca va a dejar de comer.— Contestó Chris sonriendo divertido y saludando a Sebb con un abrazo. —Ve a la habitación.—

—¿A quién más llamaron?— Preguntó Stan examinándose a la puerta.

—Adam, David, Ryan y Blake. Seguro nos va a matar pero hay que distraerla.— Dijo Evans.

El rumano asintió y subió corriendo las escaleras, al entrar a la habitación fue directo al closet donde encontró a Lía, doblando una camisa de Tom muy delicadamente. —Por lo que sospecho, esa es la que le vas a robar.—

Amelía lo miró y le lanzó una almohada pequeña que a su lado estaba. —Odio que me conozcas también.—

Sebastian rió, tomando la suave nuebe para dormir entre sus manos. —¿Cómo te sientes?— Preguntó el ojiazul caminando hacia ella y sentándose a su lado.

—Estoy bien, de verdad. Solo llamé a Scarlett para desahogarme un poco y parece que ella llamó a toda la pandilla.— La chica dijo lo último con algo de fastidio. —O sea, si se siente feo terminar con algo tan bonito, pero así debía ser y lo superaré.—

—¿Pinky promise?— Sebastian alzó su dedo meñique, teniendo entre sus labios una bella sonrisa encantadora.

—Pinky promise.— Amelía tomó con su meñique el dedo de su mejor amigo y se puso de pie bajo su atenta mirada. —¿Quieres fresas con crema?—

Sebastian echó una carcajada por esa propuesta. —Cada vez que me ves, quieres comer.— Se puso de pie para estar más o menos a la altura de la chica.

—Sebby, eres un genial compañero para degustar las delicias culinarias del mundo. Además, te comes hasta lo que me sale mal.— Brown tomó con una mano a Stan por las mejillas. —Eres tan tierno.—

—Y tu tan enana.— Habló entre balbuceos por la posición en la que su boca de colocó.

Amelía le sacó la lengua antes de darle muchos pellizcos por los brazos y hacerlo reír. —Te quiero, Sebb.—

—Yo te amo, pero está bien, aún no estás preparada para decírmelo.— Stan la abrazó con fuerza contra su pecho y sin avisar, le jalo un mechón de cabello.

—Que salvaje te has puesto, no me gusta ese tú.— Lía le tomó el brazo y caminó con él fuera del closwt, luego del cuarto, justo hasta llegar a la escalera.

—¡Nenita que no se baña!— Saludó Reynols desde abajo, contento, al lado de su esposa Blake.

Amelía inmediatamente puso cara de odio. —¡¿Cómo te a través a venir, desgraciado?!— Gritó bajando las escaleras. —Hola, Blake.— Saludó tranquila, pero después volvió a fruncir sus cejas. —Tengo unos cuatro años soportando cada burla de tu parte, cada idiotez y no me invitaste a tu boda, eres un maldito desconsiderado y egoísta.—

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora