Capítulo. 17

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¿Solo amigos?

Christopher había citado a dos de sus amigos en un café de New York, aprovechando que estaba ahí en la ciudad. Tenía algún tiempo sin ver a Sebastian, que era uno de los invitados, mientras que por otro lado; aunque viera a Amelía todos los días, le encantaba su compañía. Además, era tan pícaro Evans, que quería comprobar si aún había sentimientos entre esos dos personajes que eran sus amigos.

—¿Qué hay, amigo?— Saludó Sebastian que fue el primero en llegar a la cita.

Evans se puso de pie y abrazó a su amigo. —¿Qué tal? ¿Cómo te va?—

—Mucho mejor, ya no estoy en quiebra.— Le contestó el rumano sonriendo. -¿Ya pediste?- Preguntó revisando el menú de cafés.

—No, te esperaba.— Contestó Evans, sonriendo al ver la entrada dele establecimiento.

Amelía se acercó a la mesa donde estaban los chicos, muy consiente de que debía darle algunas explicaciones a Stan por no responderle los mensajes de la ultima semana. Porque si, la mujer dejó de contestarle los mensajes por andar con cierto británico sexy.

—¡Buenas, buenas!— Saludó la castaña y se sentó junto a ellos. —¿Cómo están dos de mis ojiazules favoritos?—

—Pensé que solo tenías un ojiazul favorito.— Empezó a hablar Evans en tono de reclamo. —Sebastian, la animal esta nos abandonó por Hiddleston.—

Stan intento sonreír, pero le salió más como una mueca. ¿Por qué sentía una presión en el pecho?

Amelía rió a carcajadas. —No los abandoné por Tom, solo que por cambios en los horarios, convivo más con él. Además, Scarlett se la pasa con nosotros.—

—Scarlett y tú se lo quieren coger, digan la verdad.— Christopher la apuntó con el dedo.

—¿Y si es así qué?— Preguntó algo altanera la ojiverde. —Yo no le tengo que pedir permiso a nadie, ni darle explicaciones a mis papás.—

Sebastian tragó saliva, estaba callado porque Tom Hiddleston a pesar de caerle muy bien, estaba convirtiéndose en su competencia. ¿Pero que carajos pensaba? Él tenía novia, amaba a su novia, así que no había sentido en el que él pensara esas cosas.

Evans se echaba aire con la carta de cafés. —Ya te lo follaste, ¿no?—

—Me reservaré la respuesta a esa pregunta.— Contestó Amelía tomando su menú y ojeándolo. —Sebb, ¿cómo te va con Jennifer? ¿Cuándo me la presentas?—

Sebastian sonrió un poco más, ya que le prestaban atención. —Todo va muy bien, bonita. Tenemos una buena relación, funciona de manera linda.—

Marie sonrió feliz. —Me alegra, te merecer muchas cosas buenas.—

—Y cuando quieras te la presento, estamos libres por una semana.— Contestó la segunda pregunta Stan.

—¿En tu casa o en la mía?— Preguntó Amelía mirando aún el menú y recordando a la vez la noche apasionada que tuvo con Stan. Batió su cabeza para espantar esos pensamientos.

—En la mía.— Contestó Sebb, busca do la mirada de su bonita, pero no la encontró.

¡Dios santo! Esa situación desesperaba a Christopher, que quería comprobar si se amaban o no, y ellos no ayudaban con la actitud neutral que tenían.

Uno de los meseros del cafetín fue hacia ellos y les pidió su orden con mucha cordialidad. —Buenas días, ¿qué desean ordenar?—

Amelía fue la primera en hablar. —Unas donas para llevar y un café con leche, por favor.-—

—A mi me das un americano.— Pidió Sebastian.

—A mi también me das un americano, por favor.— Coincidió Evans con el rumano y cerró las cartas.

—En unos instantes regreso.— El mesero se retiró, pero antes le dió un papelito a Amelía.

—¿Qué dice?— Preguntó el chismoso de Christopher.

—Que lo llame.— Brown contestó soltando una risa. -¿Tan bonita soy?-

—Muñeca, eres guapísima.— Le confirmó Sebastian.

Evans miraba de lado a lado hasta que desesperó. —Ya, admitan que se aman.—

Sebastian rió. —Como amigos.—

—Exactamente, Evans. Somos solo amigos, los mejores, así como tu y yo.— Contestó Amelía.

—No,no, no. A mi me insultas, a él no. Te conozco y se que cuando quieres a alguien como más que un amigo le hablas bonito.— Se quejó Evans.

—Eso no tiene sentido, a ti te hablo feo porque te tengo más confianza.— Amelía le batió el cabello a Christopher.

Sebastian hizo una o grande de ofendido con su boca. —O sea, ¿qué a mi no me tienes confianza?—

—¡Dios mio, que dramáticos son!— Chilló Amelía. -Sebastian, no te puedo insultar porque no me has hecho nada malo, en cambio Christopher está condenado por siempre.-

—Ay, si. Yo no tenía los mocos.— Se burló Evans.

—Hijo de pu...— Amelía fue interrumpida por la mano de Sebastian que le tapó la boca.

—No, no, eres muy linda para esas palabras.— Le dijo el rumano batiéndole los cabellos.

Amelía rió a carcajadas en la mano de Stan y le dió una lamida, así se logro soltar. —Ay, que salvaje.—

Sebastian negó riendo y le acomodó el cabello.

Y esa fue la señal que Christopher necesitaba para confirmar que Stan si Estaña enamorado de la castaña, ahora necesitaba saber si ella lo estaba de él.

—Amelía, ¿te gusta Hiddleston?— Preguntó el rubio sin rodeos.

—Es lindo, muy dulce y gracioso. No sé, quizás si me guste, ¿por qué?— Preguntó ella acomodándose la ropa.

—No, por nada.— Contestó inocente Evans, viendo como Sebb fruncía el ceño.

Los cafés llegaron y los tres compartieron un rato agradable. Cuando los dos castaños se retiraron juntos, Evans quedó aún más intrigado y pensando en si hacer de cupido sería una buena idea.

¿Por qué si se gustaban, no lo admitían? ¿Era tan complicado el amor?

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Holaaaa. Aquí el capitulo de hoy, espero que les haya gustado.

Es algo corto pero pronto tendremos unas sorpresas. Loas quiero mucho aunque no los conozca.

Wattpad anda muy estúpido.

#Angie. ❤

Behind the Scenes  •|Sebastian Stan|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora