Capítulo 1: Emily.

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SOPHIE


— Mamá — escucho la voz de Emily a lo lejos — Mamá— abrí mis ojos y está muy despierta aquí a mi lado con sus manos y su rostro apoyada en mi cama — ¿Mamá te quedaste dormida? — esta vez abrí aún más grandes mis ojos y me levanté de la cama tomando mi teléfono, me quedé dormida de nuevo. Solté el teléfono en la cama tomando a Emily en mis brazos y comenzó la rutina nuevamente.
Llegué a la cocina a prepararle su biberón con ella en brazos, regresé con el biberón  a mi habitación, la senté en mi cama frente a la televisión y le sintonicé sus caricaturas favoritas.

— ¿Esperas a mamá aquí cariño mientras me ducho? — asintió concentrándose en su leche, le di un beso en la frente y me metí rápido a la ducha.

Y aquí estamos, solo les hice un resumen de lo sucedido hasta llegar a este punto, en el cual nos encontramos. Les dije que no sería la vida perfecta de una hija que era el ejemplo de la élite en el estado de Nueva York, esa la chica que lo tenía todo y que arruinó su vida, o eso decían las personas. Esta historia no trató de las locuras y aventuras de la menor de las Thompson, de sus viajes, de chicos, de fiestas de alta costuras, de los fashion week. Todo lo contrario. A esta edad ya debería haber terminado una carrera, ya debería haber recorrido la mitad del mundo, ya debería estar haciendo post grados y estar trabajando en algún laboratorio para ganar algún premio Nobel de la Paz o simplemente creando una fundación para que todas las mujeres de Afganistán tengan derecho a estudiar en la mejor universidad de este planeta. Sueños. Pero para mi, mi vida es perfecta, aunque haya quedado embarazada con solo 18 años. Embarazo adolescente. Reconozco que fue la peor época de mi vida. No me gusta recordar esos días, porque no fueron bonitos. Fui el escándalo en la sociedad de Manhattan, la menor de las Thompson embarazada, fui la vergüenza de mi familia y de la sociedad, imposible de olvidar.

Al salir me vestí lo más rápido que pude, bañé y vestí a Emily, mientras la vestía estaba nerviosa, repitió diez veces que hoy está de cumpleaños su padre, que espera que le guste el regalo que le hizo y le repetí esas diez veces que su padre amará su regalo.
Estaba con su mochila lista para ir al preescolar, le entregué en un plato el pastel favorito de su papá y le puse una vela. Le entregué el plato a Emily y sonó el timbre, Emily chilló solo de los nervios y encendí la vela.

— No debes moverte porque te puedes quemar — asintió mirando concentrada el pastel y me acerqué a abrir la puerta.

— ¡Feliz Cumpleaños Papá! — gritó demasiado nerviosa, feliz y emocionada, pero sin moverse, sonreí observándola con ternura, definitivamente Emily es lo mejor de mi vida, vale cada lágrima que derramé por tenerla entre mis brazos. Si pudiera retroceder el tiempo volvería a elegir todo lo que viví, absolutamente todo, solo para tener a Emily en mi vida. Nate se acercó enseguida apagando la vela y quitándole el plato de las manos, para poder tomarla entre sus brazos y llenarla de besos — Con mamá te fuimos a comprar tu pastel favorito — le intentaba hablar mientras Nate seguía dándole besos — Y te hice un regalo — por fin Nate dejo de darle besos para prestar atención a lo que le está diciendo.

— Gracias mi vida, pero tu eres mi mejor regalo — sonreí observándolos. Me acerqué a Nate abrazandolo.

— Feliz Cumpleaños Papá Nate — le di un beso en la mejilla y me sonrió.

— Gracias Sophie — Bajó a Emily de sus brazos y nuestra hija enseguida tomó el dibujo que le hizo de regalo.

— Mira somos nosotros — Nate quedó mirando el dibujo algo congelado, yo tuve la misma reacción cuando lo vi — ¿Te gusta? — Nate sonrío agachándose para abrazarla y darle besos.

Si Me Encuentras En Manhattan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora