Capítulo 15: Cuando todo se desmoronó.

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Cerré mis piernas excitada recordando momentos con Nathaniel, sentí su risa.

- Te excitaste.

- Ay cállate Nate - se puso a reír llevando su mano a mi pierna acariciándome con fuerza.

- Por qué no te vienes conmigo esta noche - me cerró un ojo, ay si quiero, maldita sea por qué soy tan débil en sus manos, lo odio, sabe usar tan bien esas manos.

- Pensé que era yo la que estaba en la etapa hormonal - estalló en risas volviéndose a concentrar frente al volante.

- Contigo cualquier etapa es hormonal - sonreí sentándome de forma correcta mirando al frente, ya estamos llegando a casa. A los pocos minutos se estacionó frente a casa - ¿Me dirás a dónde iras esta noche? - tomé mi bolso inclinándome hacia su lado y me acerqué a su oído.

- Si me encuentras en Manhattan, soy tuya, toda la noche, toda la vida - le mordí el lóbulo de su oreja y me bajé del auto, Nate se movió intentando agarrarme para que no me escapara, pero no lo logró y fui más rápida bajándome de su auto - Gracias por acompañarme hoy - le dije inclinándome para mirarlo abajo del auto y me sonrío.

- Nada es gratis en esta vida - me cerró un ojo e iba a cerrar la puerta del auto - Lindos pechos - se mordió el labio y me llevé mi mano a mi suéter diminuto que no me tapa nada en esta posición, me puse a reír y cerré su puerta para entrar a casa.


- No.

- Pero papáááááaáá - dije largo, amurrada, triste, haciendo berrinches, escándalo y todo lo que se les ocurra.

- No - volvió a decir serio.

- ¿Cómo que no? - papá se asustó enderezándose al escuchar a mamá.

- No Mia - dijo seguro cruzándose de brazos.

- Es que tú eres idiota - papá abrió su boca escandalizado por cómo le acaba de decir mamá y yo estallé en risas - Pensé que eras más inteligente, si Sophie sale, la casa queda para nosotros dos - papá levantó las cejas y abrió sus ojos mirándome.

- Entonces es un si - dijo seguro y comencé a reír, me levanté del sofá a abrazarlo - Princesa, prométeme, pero por favor prométeme con tu vida que te cuidaras demasiado, te cuidaras de una forma exagerada - asentí feliz.

- Me conoces, sigo siendo tranquila, solo que me gusta salir a bailar - sonrío dándome un beso en mi mejilla - Además llevaré a Chase.

- Buena chica - dijo satisfecho. Ni muerta me devuelvo a las tantas de la madrugada en un taxi cualquiera hasta Nueva Jersey, este mundo está tan malo que si no tendría a Chase, preferiría quedarme en casa.


Pase a buscar a Elif y apenas se subió al jeep dijo que jamás pensó que su primera fiesta sería en este nivel, no entendí así que comencé a reír, pero luego dijo que se imaginaba caminando con los tacones en sus manos porque le dolerían los pies caminar hasta el metro.
Chase nos dejó en el bar de Dumbo en Brooklyn, amo este local, tiene vista de toda la isla de Manhattan. Me queda extremadamente lejos, pero vale la pena cruzar Manhattan para llegar aquí. Siempre quise venir aquí desde que comenzaron los rumores que era el bar de moda, las fotos del lugar y las vistas me cautivaron.

- Esto está de otro mundo - dijo Elif bajando las escaleras hacia el bar mirando todos los rascacielos de Manhattan - Vamos al bar - tomó mi mano poniéndose en la barra.

- Yo no bebo - abrió una boca como de dos metros observándome.

- ¿Ni siquiera cuando tú ya sabes quien te dejó? - estallé en risas, me recordó a Harry Potter y cada vez que nombraban a Voldemort.

Si Me Encuentras En Manhattan Where stories live. Discover now