Epílogo: ¡Yo Me Opongo!

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NATHANIEL



Me bajé del avión en el JFK, Phil me estaba esperando impecable como siempre en el jeep, boté aire y miré la fecha en mi teléfono. Cinco años, hoy se cumplen esos cinco años.

— ¿A dónde señor?

— A mi oficina Phil por favor, tengo unos pendientes que hacer en la revista, Diana me envío unos correos que debo revisar — dije de malas ganas, me asintió y se puso en marcha. Me perdí en los pensamientos mientras recorríamos Nueva York desde el aeropuerto.

Llegué al edificio y me subí en el ascensor enseguida, unos pisos más arriba se detuvo y subió Enrique.

— ¿Cómo estuvo Londres?

— Como siempre — respondí neutral.

— ¿Te has puesto a pensar que hoy se cumplen cinco años? — sonreí y asentí — Increíble, el tiempo ha pasado volando.

— Así es, en estos cinco años te casaste y fuiste padre — sonrió demasiado feliz, Enrique escogió ser valiente por Kiara y lo logró, formaron una familia hermosa.

Las puertas del ascensor se abrieron y ambos nos bajamos en el piso de la revista, Enrique caminó a su oficina y yo caminé directo a la mía. Me quité la corbata entrando, me desabroché los botones y me quité la chaqueta como un desesperado. Me sentía ahogado. Me senté en la silla de mi escritorio y me puse mis anteojos para encender el computador, abrí mi correo dispuesto a responder ese email que me reenvió Diana hace unas horas que hizo que me hirviera la sangre de enojo, en los negocios soy así, cuando algo no me resulta, saco lo peor de mi. Estaba leyendo concentradamente, cuando las puertas se abrieron y sé perfectamente quién es la persona que viene entrando, porque es la única persona que no toca en mi oficina.

— ¿Se te ha pasado el enojo? — Sophie levantó su mentón enojada negando con su cabeza sin decir nada — ¿Y entonces qué haces aquí? — me puse de pie y se cruzó de brazos.

— Solo vengo a decir que te he echado de menos — sonreí rodeando el escritorio para acercarme a ella.

— ¿Me lo puedes repetir? — pregunté seductor llevando una mano a su cintura.

— Que te he echado de menos — la jale hacia a mi abrazándola desde la cintura.

— ¿Me has echado de menos? — asintió enojada sin abrazarme — ¿Sabes qué fecha es hoy? — negó con su cabeza confundida algo nerviosa — Hoy se hubiesen cumplido cinco años — abrió su boca sorprendida, me soltó girando la pantalla de mi iMac para corroborar la fecha.

— No me lo puedo creer, ¡Cinco años! Ay si Emily ya está tan grande — se quejó haciendo pucheros — No quiero que el tiempo siga avanzando, no quiero que siga creciendo mi bebé — sonreí dándole un beso suave y enrolló sus manos alrededor de mi cuello.

— ¿Se te paso el enojo? — me soltó enseguida arrugando su nariz.

— No — respondió firme.

— ¿Por qué te enojaste? — la jalé de nuevo hacia mi apretándola contra mi cuerpo.

— Porque si, porque te tenía preparada una sorpresa para ese día y te subiste a un avión directo a Londres — me puse a reír mordiéndole el lóbulo de su oreja.

— ¿No incluía ropa esa sorpresa?

— Incluía si, y a Emily también, degenerado — estallé en risas y no pudo evitar sonreír, le di un beso bien dado y sentí el golpe de la puerta. Nos soltamos mirando hacia la puerta y era Ana, la antigua secretaria de Harry, que ahora es la secretaria de Sophie, dueña y señora de la tan anhelada revista.

Si Me Encuentras En Manhattan Where stories live. Discover now