SOPHIE
— Es hora de hablar — lo dijo enojado y asentí con miedo, imagino que hablara sobre Lily y la desilusión se apoderó de todo. Salió de encima, se sentó sobre la cama y me desconcentré en su cuerpo tonificado y tatuado, me tapé mis estrías de forma sutil intentando pasar desapercibida, pero Nathaniel me quitó la sábana — Odio que te tapes — me puse roja, tiene razón, siempre me ha visto desnuda, él me ha visto en mis peores momentos.
— ¿Qué quieres hablar ? — pregunté juntando mis manos de forma nerviosa.
— Empecemos desde el inicio — asentí ilusionada, ¿Hablaremos de nosotros? — Quiero saberlo todo, obviamente sé los errores que he cometido y me pesa la culpa, pero quiero oírlos, quiero oír lo que sentiste, como te sentiste, siento que para avanzar debes soltar todo lo que llevas guardado ahí dentro, porque sé o al menos siento, que aún me odias Sophie — asentí mirándolo con ternura y tristeza, tiene razón, siempre lo termino alejando por rechazo, porque recuerdo que me causó daño.
— Será para largo — respondí con risas nerviosas y Nathaniel levantó sus hombros.
— Iré a dejar a Emi al preescolar y cambiemos la reunión de las 09:00 AM para las 17:00 PM, así tendremos hasta las tres de la tarde para conversar, vamos a buscar a Emi y la podemos dejar con mamá, pero me debes acompañar a esa reunión en la tarde.
— Me parece una excelente idea señor Johnson, prometo acompañarlo a esa reunión — me tomó del rostro besándome con fuerza, y yo no doy mas de la felicidad, por fin siento que tenemos una solución. Desde el martes en la noche siento que Nathaniel me ama y espero saberlo hoy día mismo, pero al mismo tiempo me da miedo que solo sean mis ansias de no perderlo.
Nathaniel se duchó, se vistió y yo en bata fui a hacer lo mismo con Emily. Emily es la más feliz porque Nathaniel está aquí tomando desayuno con nosotras nuevamente. Cuando estuvieron listos, Nate fue a dejar a Emi al preescolar y yo aproveché de ducharme. Me puse vestuario cómodo, unas nuevas mallas de yoga que tenía guardada de un material muy suave y reconfortante. Me dio tiempo de maquillarme un poco y secarme bien el cabello. Sonó el timbre y me acerqué a la puerta abrir, al verlo de pie sonreí enseguida.
— Ya no toques el timbre, solo usa tu llave — sonrío y entró dándome un beso, espero que desde ahora cada vez que Nathaniel entre por esa puerta sea con un beso de bienvenida. Caminamos al sofá, Nathaniel se quitó sus zapatos y yo mis zapatillas.
— No debí haberme puesto traje enseguida, pero no tenía más ropa aquí — me puse a reír, se quitó su chaqueta y arremangó sus mangas desabrochándose los primeros botones de la camisa para quedar más cómodo — ¿Listo? — asentí nerviosa — Te escucho.
— Primero empieza tú, solo quiero saber si para ambos el primer error fue el mismo — Nathaniel es arrogante y egocéntrico. Siempre lo ha tenido todo en la vida, lo que quiere, lo tiene, fácil. Por eso quiero saber si en estos momentos será arrogante y egocentrista, si me culpara a mí de sus decisiones o si será capaz de ver errores que yo veo.
— Yo creo que el primer error fue el día en que decidí aceptar ser Académico en Columbia — sentí que me destensé por completo — Porque si te pones a pensar bien y analizar bien la situación, ese día ya estabas embarazada, ya sean horas, días o semanas, ya estabas embarazada, y aunque no hubieses estado embarazada, ese día yo te dejé a ti, yo me arriesgué a perderte para siempre — sentí un nudo en la garganta y mis ojos se pusieron llorosos — A veces pienso que si no fuese por Emily, yo no te hubiera vuelto a ver en esta vida, porque eres joven y hermosa, tienes todo el dinero del mundo para haber tomado tus cosas y haberte marchado lejos, tengo que admitir que cuando quedaste embarazada, vi a Emily como una esperanza para recuperarte — quedó un silencio mientras nos mirábamos — Vamos Sophie di algo — pidió triste tomando mis manos.
ESTÁS LEYENDO
Si Me Encuentras En Manhattan
RomanceSophie, la menor del clan Thompson ha crecido y ha cumplido la mayoría de edad. Todos tenemos un amor imposible desde pequeñas guardado aquí dentro, ese amor que sabes que jamás se hará realidad, pero que da igual, porque lo consideras tan lejano y...