Capítulo 10: El Rojo Trae Suerte.

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- No sé qué usar - me dejé caer en la cama de mamá.

- El rojo - respondió segura y levanté mi cabeza para mirarla - El rojo a mi me trajo mucha suerte - respondió pérdida en pensamientos.

- ¿No que había sido el rosa cuarzo? - salió de sus pensamientos para mirarme.

- Los dos.

- No entiendo - entornó los ojos y sonrío.

- La primera vez que tu padre me vio usaba el rosa cuarzo, y cuando se acercó a mi yo usaba el rojo - me quedé pensativa.

- ¿Entonces tú crees que debería usar el rojo?

- ¿Hay alguien que desearías que te viera con color rojo? - me puse roja enseguida.

- ¿Qué? No, claro que no - me levanté de la cama rápido, sentí sus risas leves, pero salí de su habitación. Decidido, compraré un vestido rojo.



- No, no y no - dijo papá enojado al verme con el vestido rojo puesto bajando las escaleras.

- Pero papááááá - me quejé de malas ganas mientras se restregaba el rostro observándome.

- Está bien, pero atente a las consecuencias - me paralicé observándolo, ¿Qué consecuencias?



- Te sentaras entre tú madre y yo, y ningún hombre se te podrá acercar esta noche - estallé en risas al verlo tan enojado en el fino restaurant de Brooklyn - Estoy hablando en serio, tú quisiste usar ese vestido rojo - mamá estalló en risas a su lado al igual que yo.

- Y así soy yo la dramática aquí - dijo mamá riéndose.

- Yo feliz me encargaría de arruinarle la vida a Sophie y no dejar que se le acerquen hombres - me giré buscando la voz de Nate.

- Te sentaras al lado de Nate, problema finalizado - abrí mi boca escandalizada mirando a papá, se está excediendo solo por usar este vestido rojo.

- Te ves impresionante - sentí la voz de Nate en mi oído, me saludó fingiendo un saludo normal y siguió saludando a los demás, yo saludé a la tía Step y al tío Nate.

Nos sirvieron el primer plato, la entrada fría, todo iba normal, todo bien, hasta que nos retiraron los platos, para traer el plato principal y Nate metió su mano bajo la mesa dejándola en mi pierna, me puse nerviosa enseguida mientras acariciaba mi pierna de forma suave mientras conversaba. Así que me quedé tranquila conversando con mis hermanas, hasta que sentí que la mano de Nathaniel avanzó generándome cosquillas atorándome con mi copa de agua, me puse roja enseguida, intentando tranquilizarme para no bitar el agua de forma explosiva desde mi boca, quiero explotar en risas, pero dejare el desastre en la mesa.

- ¿Estas bien? - Preguntó Diana mirándome.

- ¿Pasa algo? - dijo mamá frente a mí, le negué con la cabeza con la mano en mi boca.

- Me atoré - me creyó y siguió comiendo, miré a Nate enojada, pero aguantando la risa.

- ¿Qué pasa princesita? - dijo burlándose, lo asesiné con la mirada y se rió.

Cuando la cena terminó, no pude comer postre, aquí no hay sin azúcar. A todos les sirvieron y yo lo rechacé, Nate comenzó a buscar algo en su abrigo, hasta que lo encontró y me dejó una caja del tamaño de mi mano en mi lugar.

- ¿Y eso?

- Tu postre sin azúcar - dijo cerrándome el ojo. Abrí la caja y son bombones sin azúcar hechos con leche vegetal que me regala él, chillé feliz y no me limité en abrazarlo frente a todos y darle un beso en la mejilla.

Si Me Encuentras En Manhattan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora