Capítulo 43

1.2K 185 24
                                    

Aunque apenas había transcurrido tres días desde la despedida de Eilidh y Ashton, junto con toda la comitiva que los acompañaba, Garrett no podía sacudirse la inquietud que sentía desde hacía semanas. Sí, quizás estaba siendo paranoico, como había bromeado Ashton cuando se lo había comentado, pero luego había encontrado la mirada del otro capitán de la guardia de Glenley, Kyan, y pudo encontrar un sentimiento similar. Por tanto, no, no podía estar tranquilo.

Además, su hermana había desaparecido. O bueno, no podía encontrarla y sabía que, si ella no quería ser encontrada, no lo sería. Sospechaba que Arley, ese joven podía saber dónde estaba refugiada. Pero, mientras estuviera a salvo, eso era lo que contaba. Y, ¿para qué presionarla? Lo había notado, la noticia de la próxima paternidad de Wes no había sido algo fácil de digerir para Jordane, a pesar de que había intentado ocultarlo con vigor. Así que, había optado por lo que sabía hacer mejor, escurrirse por ahí.

–Capitán, está tan serio –soltó Candra sorprendiéndolo. Garrett volteó hacia donde había salido la voz. Ella se incorporó tras unos matorrales–. ¿Por qué me miras así? –inquirió con una sonrisa divertida.

–¿Cómo llegaste ahí? No, en realidad, ¿qué estás haciendo ahí? ¿Estás sola?

–No. Estoy recolectando unas hierbas medicinales que encontré y... –miró a su alrededor– estoy segura de que Arley está cerca –un gruñido bajo se escuchó, sospechosamente cerca–. ¿Lo ves?

–Hmm –Garrett siguió con la mirada hacia una parte particularmente boscosa–. ¿Por qué está oculto?

–No lo sé. Supongo que prefiere no someterse a un interrogatorio.

–Ah. ¿Eso es lo que estoy haciendo contigo?

–A veces siento que sí –contestó Candra, pero se notaba que era broma–. Garrett, apenas hablas, al menos conmigo, ¿cómo podría sentir eso?

–¿Apenas hablo contigo?

–Últimamente, sí. ¿Es por las noticias de Weston y Laraine? ¿Te preocupan?

–Sí.

–¿Por qué?

–No lo sé.

–Y eso lo hace peor, ¿cierto?

–Sí –Garrett soltó el aire por lo bajo, frustrado–. Necesito saber si...

–¿Si...?

–Nada. No es nada –Garrett observó como Candra se sacudió las faldas y empezó a dirigirse hacia el camino–. ¿Vuelves al castillo?

–Sí, creo que necesitas reflexionar más. Solo –elevó la mano en signo de despedida. Arley se unió a ella más adelante, pero Garrett no los alcanzó. Ahora no era el momento, no podía darse el lujo de distraerse más.


***


–Laraine, ¿estás segura de que te sientes mejor? –inquirió Candra mirándola con fraternal preocupación–. Aun luces pálida y estos días parece que...

–No es nada, estoy mejor. Solo que no he podido comer bien. Pero no se lo digas a Wes, se preocupará y no es necesario. Mejoro de a poco –dijo, bebiendo la infusión que había preparado su hermana–. Te quedó bien.

–Por supuesto. Tú me enseñaste –Candra sonrió levemente–. Creo que empiezas a lucir mejor.

–Funciona. Como por arte de magia –soltó Laraine divertida–. ¿Sabes algo? Estoy enamorada de Weston.

Cuatro MomentosWhere stories live. Discover now