Capítulo 4: un nuevo amanecer

2.6K 174 55
                                    

                   Fecha: finales de diciembre.

-Lorey, ¡levántate!

-Dejameee...mamá- mi vos se arrastraba en mi paladar.

-¡Despierta!

-5 minutos más...

A lo lejos dejé de escuchar gritos y sentí como algo golpeaba mi hombro.

Entonces; recordando dónde estaba y que aquella voz no era de mi madre, si no que de María; mis ojos color avellana intenso, se abrieron de par en par.

-¡Vamos peresosa levántate!- grito una señora en español.

De un salto quede en pie. Frente a una mujer de unos treinta, que suponía era Kalfa. Su cabello castaño oscuro caía sobre sus hombros y sus ojos marrones me miraban con superioridad.

-Lo siento señora- oh no, no lo sentía.

La kalfa dio media vuelta y siguio con lo suyo.

-Las que hablen español vendrán conmigo.-dijo la misma Kalfa en una voz alta y clara.

Las muchachas que ya estaban aquí, nos observaban. Algunas con envidia y preocupación, otras entre risas y otras, simplemente miraban de lejos con indiferencia.

Vi como una de las muchachas tomó un mechón de mi pelo y lo observó. Yo la miré, con una mirada nada amistosa, no me hacia gracia que tocasen mi pelo. Lo soltó y segui mi camino.

Mi cabello era extraño, cuando estaba en mi época decían que era tenido.  No es común tener tres tonos diferentes. Mis cabellos castaños claros predominan en mi cabeza, los dorados le daban un toque que hacia que pareciese más claro de lo que era y algún que otro cabello rubio oscuro se colaba por mi cabellera. Mi cabello caía por debajo de mi cintura en unas hermosas y tonificadas ondas.


Mientras caminabamos a donde se suponía nos llevarían, miraba a mi al rededor encontrándome con paredes altas y rocosas. El palacio era más grande de lo que parecía. La kalfa lo dijo. Nosotras solo podíamos estar en el harén y en el hammam, así se llamaba el baño aquí, además de que teníamos horarios para ir.

-¡Muchachas  escúchadme bien!- hablo fuerte y alto, cuando ingresamos a una especie de habitación- quiero que vengan todos los días aquí, al amanecer. La que llegue tarde, tendrá su castigo.

Si vemos el hecho que nisiquiera cuando tuve clases online en mi época por la cuarentena llegué temprano, entonces, ¿que me esperaba aquí? Ay ya me veo llena de castigos ¿me golpearan? Ay dios de seguro me meterían en un calabozo lleno de ratas.

-Además, a partir de mañana vendrán solas por el camino que hoy les indique.

¿¡QUE!? ¿¡QUE CAMINO!? ¡PERO SI YO NO LO VI! ¡eso es injusto! Si no nos avisa que prestemos atención,  ¿cómo quiere que sepamos? Adivina no soy.
Me muerdo la lengua, para no decirle todo en su puta cara.

- Por cierto, mi nombre es Firial kalfa.-hizo una pequeña pausa y continuó-Sümbül Ağha será el encargado de enseñarles el idioma. - dijo finalmente señalando a un hombre cerca de los cuarenta, de mediana estatura y delgado.

¿¡El idioma!? Joder, nisiquiera pude aprender Inglés. ¿Viste Mamá? ¡En tu cara!Decías que era importante y aquí el Inglés, no me sirve ni de decoración.

- Hatun. Ese es su título, apartir de ahora ustedes son hatuns- continuo Sümbül Ağha.

Mierda, se lo que quiere decir eso.
Ahora, aunque lo detestara y me repugnara, solo era una simple esclava de este palacio, un objeto más, sin derechos.

Topkapi Where stories live. Discover now