Topkapi

Capítulo 15: ¿amor o libertad?

¡Hola!

Cualquier corrección ortográfica o falta de comprensión, pregunten o corrijan así lo puedo arreglar.

------ ------- ----------- ----------- ------- ---------

El aliento del sultán pegaba en mis oídos, mi cabeza reposaba en su hombro. Habíamos ingresado a un bosque durante la cabalgata, sabia que esta era mi oportunidad debía de escapar ahora que podía. Sólo debía distraer a Solimán y a los gorilas que tiene por guardias.

Estrella estaba cansada de tanto andar por lo que ahora iba a paso lento.

Flechas son lanzadas por los cielos. Los soldados que hasta entonces habían procurado estar alejados, ahora nos rodeaban con sus espadas en mano y su escudo en alto, como si su vida de ello dependiese y literalmente de eso dependía.

Rápido mire hacia atrás el sultan estaba sorprendido y enojado. Pues podía entenderlo los cavernícolas nos atacaban sin previo aviso. No entendía porque, ¿porqué nos atacaban? Que yo supiese no estábamos en medio de una guerra. ¿Como sabían que estaríamos aquí? A mi parecer nadie más que nosotros mismo lo sabíamos. ¿Es que acaso estaban esperando ahí día y noche a que alguien con poder apareciese para poder atacarlos?

Las flechas siguieron siendo lanzadas, algunos soldados eran atravesados por flechas, otros iban hacia ellos peleando con sus espadas. Esto era una guerra sangrienta.

¿Y yo? Yo solo aquí inmóvil, paralizada sin saber que hacer.

¡Oh por dios! Soy muy joven para morir...aunque pensándolo bien sería mejor que vivir aquí el resto de mi vida.

Él salto del caballo y me tomó de la mano haciendo que yo quedase parada junto a él.

-¿que sucede? ¿Porque nos atacan? - pregunte desconcertada mientras una lágrima bajaba por mis mejillas, su mano sólo me tiró hacia un lugar desconocido- Por favor, Solimán dime algo. - dije en un susurro que el logro escuchar.

Mi cuerpo temblaba de temor, literalmente había visto muchas películas de guerra pero esto no era lo mismo.

La sangre era real, el ruido de las espadas y los gritos de lucha también.

- Belinay, no preguntes y sígueme.- dude, no respondí. No sabía que decir ni que hacer, me sentía inútil por no poder ayudar.

Mire hacia atrás ¿en serio ellos serían los corderos sacrificados para que nosotros nos salvaramos? Eso es injusto.

-Si no quieres tener pesadillas, no mires. - asenti y obedeci.

Por más que obedecer no era de mi gusto sabia que no me serviría de nada discutir.

Llegamos hasta unos arbustos.

-Belinay escúchame bien, te quedarás aquí hasta que yo venga por ti.

- ¿Y tu adónde irás?

- A luchar, no puedo dejarlos solos.-Dijo tirandome hacia los arbustos haciendo que yo me sentase en el frío suelo, haciéndome estremecer.

- ¿No puedo ayudar yo también?

-Creeme aqui ayudarás.

Él solto mi mano y se dispuso a irse cuando tomé su brazo.

- ¿Me dejarás sola, sin siquiera un...- ¿se dirá cuchillo?- una pequeña espada? - él frunció el seño.

- ¿Para que quieres una? No podrás hacer nada con ella. - esta vez fui yo la que frunció el seño.

Todavía que me deja sola y abandonada en unos arbustos, me quieroe dejar indefensa ¡machista imbecil!

- No deberías de subestimarme. -que sea mujer no significa que no sepa defenderme.