Capítulo 20: Realidad.

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"No todo es lo que tu piensas" me había dicho Solimán al cruzar las puertas a su aposento y llegar al balcón.

- ¿Y entonces? ¿Entonces mis ojos me engañaron o que? No lo creo.

Vi sus facciones fruncirse en molestia.

- ¡Soy un sultán! Tengo el derecho de estar con mi harén.

- Si, tienes razón.  Pero usted...usted estaba con otra mujer mientras yo estaba convaleciente.

- Estas jugando lo que tus ojos vieron  sin saber la verdad...

- ¿Sabes que es lo peor? ¡Es deshonesta! Si hubiera sido con otra lo aceptaría más rápido pero ella...

- Be...

- ¡Me apuñaló! ¿Así es como actuaras cada vez que me este por morir? ¿Te irás a los brazos de otra? ¿Acaso es este el amor que profesas tenerme?

- ¡Déjame hablar!

- No. No necesito escuchar tus escusas  ni mucho menos tus palabras de amor vacías.

- ¡Como osas poner en duda mis sentimientos!

- Si sintieses por mi, no estarías con otra mientras yo estaba agonizando y desangrándome postrada en una cama.

Rodó los ojos.

Humm controlate, controlate, controlate.

¿Me esta tomando el pelo?

- ¡Eras tan dramática! Siquiera se el nombre de esa mujer.

¡JA! Flor de escusa.

- No necesitas saberlo para llevártela a la cama. - digo cruzándome de brazos.

- Ese es el problema.

- ¿cuál? ¿Que no sabes su nombre? ¡¿Me has llamado para que te lo diga?!

- Soy el sultan, no debo darte explicaciones.

- Perfecto. Me retiro majestad. - me doy la vuelta y camino hacia las puertas cuando su voz me hace detener. - Si quiere saber su nombre, es Maria.

- No te di permiso para retirarte.

¿Permiso? ¡JA! ¿Desde cuando lo necesito?

Sigo caminando como si sus palabras hubieran sido inexistentes, sin embargo pronto siento como toma mis piernas y me carga como saco de papas.

- ¡Sueltame! ¡Quiero bajarme.

Sin más el seguía caminando y yo dando pequeños golpes con mis puños a su dura y ancha espalda. Su olor exquisito a perfume me inundaba e  instintivamente cerre los ojos.

¡No! Tonta.

Después sentí como me deposito en el suelo y fue rápido a cerrar las puertas del balcón, quedándonos él y yo a solas en esa noche primaveral.

Alzo las cejas y me cruzó de brazos.

- Ella era una de las mujeres que limpiaba mis aposentos. Cuando entré la encontré a ella sola y desnuda en mi cama...no hubo más que un par de besos entre nosotros, luego me separe y le exigí que se fuera, pero antes de eso entraste tu y lo malinterpretaste.

" El mundo sensible son aquellas personas que creen que todo lo que a sus sentidos llega es la realidad; sin embargo no es así, están viviendo en la ignorancia porque aunque lo que percibas es verdadero no siempre es la realidad." Había escuchado en unas de las aburridas clases de filosofía.

Y si, si lo que  Solimán decía era verdad me encontraba en aquel mundo al cual todos llegamos a pertenecemos.

¿Pero...y si no?

¿Si solo me estaba mintiendo para tapar sus errores?

No obstante ¿por qué me mentiría? ¡Es un maldito sultán! Es obvio que no le interesa mi opinión acerca de lo que él haga con su vida sexual. Es un hombre que se cree con el derecho de estar con cualquier mujer en cualquier momento, para él eso está bien; así que...¿por qué se pondría a idear una mentira? Sería tonto de mi parte creerlo. Es obvio que esta diciendo la verdad.

- Maria esta en una habitación de favoritas. - dije intentando encajar todas las piezas.

Tan solo el hecho de pronunciar su nombre me daba repulsión.

¡Cuan bil traicionera había sido esa mujer!

- Tu no confiaste en mi, entonces decidí darte una lección.

¿Darme una lección? ¡¿Quien mierda se cree para darme una lección?

- Me fallaste al no confiar en mi, y volviste a hacerlo cuando no acudiste a mi llamado.

- Yo...yo no sabia ¿que querías que pensara?

- Retírate, retírate Belinay.

- Como quieras.

El solo camino hacia el barandal y me dio la espalda. ¡JA! Asi que ahora, era él el que estaba enojado. Esta bien, si así lo quiere perfecto. ¿Como puede pedir que no desconfíe cuando salí corriendo a verlo y solo observe a una mujer desnuda y a un hombre desaliñado? ¡Y que mujer! Nada más y nada menos que Maria.

¿Porque mi corazón ardía? Dolía en mi interior que él me echará como tal perro sarnozo.

Sentía atracción por él, sumado a que fue el primer hombre en mi vida, eso es lo que provoca el dolor, me dije.

¡Oh maldita conciencia! ¿Donde estas cuando necesito de tus tontos y sabios consejos?

Como veces anteriores había hecho, tomé mi orgullo y con la frente en alto, paso seguro e intentando hacer el mayor ruido posible pero sin llegar a la exageración, me di media vuelta y salí de esa alcoba que ninguna alegría me había dado.

Después de todo vivir sin una relación es fácil, lo difícil es vivir con una.

Pero yo...yo Belinay Gözde no me quemare en las cenizas del infierno sola.

Si fuego soy, él fuego será.

Porque si ahora soy una asesina es por él, si estoy en este mundo es culpa del destino que me atrajo a él.

Que el mundo sepa, que si ardo en el infierno lo arrastrare a él conmigo.

Que los pájaros canten, que el único amor del sultán será su eterna luna del lago.





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¡Hasta el próximo sábado!

E.

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