Capítulo 53: Sin perdón.

502 39 8
                                    


Esto sucede en el Capítulo 27: Complot.
Si no recuerdan rediriganse al capitulo 27, es corto.

Recuerden que en el capítulo 52 Belinay bebé veneno.

-----☆-----☆-----☆-----

Época actual:

- No temas. - habia dicho alejándose de mi, para posteriormente, sentarse sobre la cama de Derya. - estoy aquí para negociar.

    ¿Para negociar? ¿Que podía significar negociar para aquella mujer que lo tenía todo? Era evidente que necesitaba algo del sultán, algo que en ese momento solo yo le podía ofrecer o que creía que era más fácil de obtener por mi. ¿Tan manipulable me creía? En ese momento me reí internamente, pensando en que jamás tendría un "negocio" con ella.

   Aun recuerdo su expresión de enfado cuando me senté (sin su consentimiento) y el silencio que me ofreció a cambio, dejándome ver cuan grande era el "favorsito" que me pediría.

- No tengo nada que negociar con usted sultana. - solte palabra por primera vez.

    Vi sorpresa en sus ojos. Lo sabía, ella consideraba mis palabras como un insulto y una ofensa hacia su persona. Sin embargo, si allí alguien era inferior, era ella.  Mahidevran se estaba rebajando a una negociación estúpida.

     No obstante, si hablábamos de estupidez, ella era la personificación de la estupidez. Una mujer cuya belleza te cegaba, mas su estupidez la hacia perder los estribos y actuar impulsovamente, creía que el estatus del que gozaba le permitía ser desvergonzada.

   Si, al resto su belleza nos cegaba, no obstante ella también se  encontraba cegada por su propio encanto. La hermosura que portaba (sumado a sus títulos) la había convertido en una persona altanera, vanidosa, soberbia, superficial...

    En aquellos tiempos envidie su atractivo, Allah sabe cuanto.

- Te ofrezco inmunidad, procuraré que nadie dentro de este palacio te toque siquiera un cabello e incluso te prometo que yo tampoco lo haré. - hablo con tranquilidad no propia en ella, siempre tan histérica...al borde del colapso.

    Ante ello,  alze las cejas con indiferencia, ¿que esperaba que hiciera? ¿Que aceptase su indigna oferta? Era fácil para ella, sin embargo para mi no. ¿Que me pediría el diablo para hacerme inmortal? Y aun más importante...¿valía la pena?

    ¿Como...como me protegería si ella misma quería acribillarme? ¿Protección? ¡Ilusa! Todo el palacio sabía que incluso la Kadin (en su momento) había tenido más poder que ella.

- ¿A cambio... - Pregunte ansiosa, ansiosa de saber sus planes, de hasta donde sería capaz de llegar por su ambición.

- Harás que la rusa se valla del palacio. - tajo fácilmente, como si su pedido se tratase de sacar una aguja de un costurero y no de un pajar.

- ¿Yo? - Me burle, aguantando la burlesca risa que picaba en mi garganta por escapar.

- Si, tú. Toma. - Me extendió un pequeño, trasparente y vacío frasco. -  lo usaras cuando llegue el día.

- ¿De que hablas? - pregunte confusa.

    Observe el frasco que aun sostenía entre sus finos, largos y elegantes dedos. ¿Esperaba que lo tomase?

- ¿Que es? ¿Para que querría yo un frasco vacío?

- No está vacío. - Dijo volteando el frasco, mostrándome la pequeña gota que bajaba por las paredes. - Es una gota, con ella sobrevivirás.

- ¿A que?

- Al veneno. - Sentenció.

- Habla claro.

Topkapi Where stories live. Discover now