Capítulo 7: no me iré sin sentir placer.

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Fecha: 17/02/1521

Sentí como el sol pegaba en mi rostro y con dificultad abrí mis ojos. El sultan estaba de espaldas a mi terminando de ajustar su elegante túnica.

Note en una de las sábanas una mancha de sangre y la vergüenza se apoderó de mi, ¿la habrá visto?. Empecé a frotarla con la misma sábana en un vano intento de desaparecerla, pero lo único que conseguí es que la mancha que antes ocupaba dos centímetros ocupace cinco. Maldije internamente mi repentino pudor, después de todo seguramente él había desvirgado más mujeres de las que puede contar.

- Depertaste...Belinay. -alce las cejas confundida.

-¿Que? ¡Acaso mientras duermes conmigo piensas en otra! Eres un imbecil.- como un relámpago me levante de la cama, sintiendo un dolor extraño en mi parte baja, envuelta en una de las sábanas dispuesta a recoger mi ropa. 

Su risa se hizo presente en la habitación esto es increíble. Es un hijo de puta.

-¡Y todavía te ríes! Si serás.

- Belinay. -dijo entre risas.

¿Y esa quién era?

- ¿Sabes que? piensa en quién desees no me interesa. ¡Hasta nunca  su majestad!

-¿Te irás envuelta en una sábana?. Tu ropa aún está en el suelo.

Aah, mi ropa cierto.

¡Es un idiota!

Siquiera se disculpa

"Tu ropa" ¿¡que me importa mi ropa!?

¡Me siento usada!

¿Es que acaso no podía esperar a que me fuese para pensar en otra?

Esta bien, solo soy uno de sus juguetes.

Pero...ayer

¡Agh olvidate Loreley! Centrate en regresar a tu época y punto, que no te importe. Nunca has llorado por un hombre que no sea la excepción.

Termino de recoger mis cosas, que por cierto estaba regada por toda la habitación.

Me dirijo a la puerta, echando humo. Cuando chocó con algo, o mejor dicho alguien.

-¿Que hace majestad? -digo con la cabeza en alto e indignada.

- Mi luna, tu eres Belinay. - dice con una voz profunda.

-No comprendo. -  mis brazos se cruzan y mis ojos lo miran exigiendo una respuesta.

- Belinay significa reflejo de la luna en un lago.

¿Hice todo este lío por nada?

¡Ay no! Me debo de ver ridícula.

¡Maldita sea!

- ¿Porque no lo dijiste antes? Hubieras evitado mal entendidos. - ¡bien hecho Loreley! Contraataca.

- Fue gracioso verte.

-¡Oye! ¿Acaso te gusta ver mi sufrimiento? ¡podría haber muerto!

- ¡Eres tan exagerada Belinay! - sus risas no se hicieron esperar - vamos siéntate conmigo a desayunar. Vistete Belinay.

Belinay no sonaba mal...

- Solimán parece que no me conoces...no me apetece seguir órdenes majestad.

- ¡Oh no jovencita! ¿Debería de castigarla?

- Tal vez...- Dejo caer la sábana quedando completamente desnuda- Se me ocurren muchas maneras de hacerlo su majestad...

El se acercó a mi besándome. En un movimiento rápido le saque su camisón dejándolo a mi par.

Si, puede ser que lo de ayer no me halla gustado, pero no me iría de esta habitación sin sentir placer. Si la primera vez fue mala, la segunda debe de ser mejor.

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Época actual:

    Un poeta pasional y una sensual e impertinente mujer; se encontraron en aquellos apocentos.






E.












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