Capítulo 41: Mi antepasada.

980 62 3
                                    

(Porfavor leer nota al final y corregir errores)

Cinco palabras describe a la perfección lo que se vive en este momento: El palacio es un caos.

Desperté en la tarde, cuando el sol estaba en su punto culminante apunto de encontrar a la luna para luego verla desaparecer tan pronto como la sintió.

Me encuentro sobre el cómodo diván de la terraza del sultán, con una de sus blancas camisas y envuelta en un suave y caliente edredón de ceda. La bata con la que había despertado se encontraba empapada por lo que aprovechándome que nadie se había preocupado de mi vestimenta use la ropa de Solimán.

¿Quien lo manda a dejarme en la soledad de este inmenso aposento?  ¡Exacto! Nadie.

La luna brilla más de lo común, aunque las estrellas son escasas en los cielos de esta noche. Me aprisiono más contra el edredón al escuchar gritos ahogados fuera.

Han estado así todo el día.

Subo mis pies al sillón y llevo mis piernas a mi pecho, mientras sigo observando la noche, tan obscura, negra intenta, radiante, bella y jovial.

Espero Solimán llegue pronto.

(....)

Época actual:

Doy fe por los escritos que a lo largo de mi vida he acumulado, que tal día fue caótico.

"Me había dejado llevar por ella, su seducción me envauco por un corto periodo de tiempo. Sin embargo mis intensiones eran no lastimar a la joven muchacha "

Si...esas fueron palabras escritas en un cuaderno de vivencias de  Solimán, palabras escritas por el puño y la letra de él.

¿Quien diría que dicha acción irrelevante  desencadenaria en hechos tan importantes?.

Y es que mientras la joven muchacha dormía plácidamente, el sultán tomaba con enojo a la pelirroja, sin importarle el placer de ella (era algo que a su parecer las mujeres no deberían de sentir) ¿y como pensar lo contrario? La mujer fue creada para satisfacer los deseos indecorosos de un hombre, de su esposo, padre o tutor.

No hay acción que haga a una mujer más dichosa.

Había ido a visitar a su hijo, al Şehzade más joven de la dinastía, su cónyuge había enviado una queja con la sultana mayor de que este carecía de afecto. Y la madre por ser muy justa con sus nietos, considero que  merecían el mismo trato al ser miembros de los Osmanli.

Ayşe le pidió a su hijo que visitará esos alejados aposentos por el bien del pequeño principito (no por la odalisca que el bebé tenía de madre), esa ramera sería hasta el fin de sus días una sucia odalisca sin importar cuántas veces pisará la alcoba de un sultán.

¿Tendría la valide sultán la misma opinión de mi antepasada?

Mientras tanto el sultán empotraba a Hürrem sobre su cama (sin el más mínimo cuidado), él solo buscaba liberar la tensión que había sentido durante esos días y la que aún sentía al ver a su pequeña rosa de ojos almendrados tan vulnerable. La volvió a penetrar como a una perra en celo y  salió de ella dejando su corrida sobre la espalda de la concubina.

- ¿Ya se va mi sultán? - se irguió aun con la falda elevada y su tono de voz meloso y seductor, aquel que en su momento hizo enloquecer al hombre en presencia. - Su hijo y yo lo hemos extrañado.

Solimán la miro, la observo, la analizo, y llego a la conclusión de que había cometido una estupidez.

Más tarde se enteraría de que había cometida la mayor estupidez de su vida...

Por otro lado, la valide observaba con eminente enojo a una de sus hijas a su vez que a la otra la miraba de lejos con ensoñación, anhelo y cariño.


================================

Hola! Como han estado?

Bueno abro hilo de indignación con este capitulo.

Y dirán..."Esta enfadada por los 'cuernos' del sultansito"

Y no, no estamos enfadad@s por ello. Estamos enojad@s por el atrevimiento que el narrador tuvo al describir a una mujer como un objeto.

Nunca, nunca de los jamases permitan que alguien los trate de una manera inferior sea por lo que sea.

La mujer no nació para complacer a un hombre.
La mujer  no nació para eso.
La mujer no es inferior a nadie.
La mujer no nació para obedecer.
La mujer no nació para callar.

Somos distintos e iguales, y me pareció justo poner estas palabras justo en este capítulo, porque me pareció que era el que más agresividad tenía hacia una mujer sin que halla una defensa de género en la lectura.

Recordemos también que no sólo las mujeres sufrimos de violencia, los hombres tampoco son ajenos a esas situaciones.

No nos insultemos entre nosotras, empecemos por la igualdad desde adentro de nuestro corazón.

Sin nada más que agregar me retiro.

E.

Topkapi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora