Capítulo 14: enamorarse en tiempos de cavernícolas.

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- Ven, acompáñame Belinay. - extendió su mano a donde yo me encontraba.

Caminamos por un largo camino robusto. La cerca de aquel jardín estaba cubierta por el blanco de la nieve, aunque se dejaban ver algunas hojas verdes. Todo lo que parecía ser en torno al palacio estaba en buen estado, y estas plantas, arboles, césped y demás por supuesto que no eran la excepción.

El suelo por donde quier estaba blanco, aunque el césped corto se podía ver atravez de aquella nieve que había caído hacia un par de días.

Aun así las ganas de lanzarme al suelo y cubrir por primera vez en mi vida mi cuerpo en aquella nieve, me tentaba. Siempre había querido ver la nieve y lanzarme al suelo mientras está se esparcia por mi cabello y piel.

-¿A dónde vamos?

Al terminar la frase me sienti estúpida, pues yo había pedido mi deseo, era obvio a donde nos dirigíamos.

- Tendré que hacer algo para que te calles al menos cinco segundos.

¿Hacer algo?

Tal vez se refiera a tirarme sobre la cama y follarme como si no hubiese un mañana. Y a decir verdad...no me molestaría.

¡Deja de hacerte películas Loreley! ¡Ya basta! Que aquí no son tan malpensados como tú. Además, ya pareces desesperada. Mejor y piensa que tal vez termina siendo un asesino.

Seria un placer morir mientras me folla...

¡Oh por dios! ¡Detente masoquista!.

Pero es que...¡En serio! ¿Donde está mi pequeño cerebro?¿Porque nunca aparece?. El solo envía a la parte pervertida, para que se encargue de imaginarme toda una escena perversa.

¡Es que es un vago! No quiere trabajar el muy puto.

-Belinaaaayyy....oyee -la mano del sultan pasaba por delante de mis ojos intentando llamar mi atención.

¿Y a este que le pasa?

-¿Que?

- Estas ida, te estaba llamando pero simplemente no oias.

-Ah, estaba pensando.

-¿En que?-Lo que faltaba.

¿¡Que te importa!? ¡Metiche!

-En...pensaba en donde me traerías. - y en realidad no era mentira, por su culpa había empezó mi discusión.

-Parece que aún sigues sumida en tus pensamientos,-es normal si tu cara tallada exclusivamente para que yo te admire, está cerca mío-observa a tu al rededor.

Deje de mirar la cara de Solimán, mejor dicho mi cara. Al menos hasta que regrese a mi época, lo será. ¡Que se joda!

- Y luego dices, que mi deseo fue desperdiciado. -Dije en un susurro melancólico. -Gracias. -exprese recostando mi cabeza en su pecho.

A lo lejos se observaba una bella caballeriza, muchos caballos se encontraban allí siendo aseados o paseados por algunos sirvientes.

-¿Que haces? ¡Te enfermaras!

-¡No lo haré majestad! -digo terminando de quitarme los zapatos y pisando el frío suelo.

-¡Estas loca!

-¡Lo estoy! ¡Siente el pasto y restos de nieve en tus pies es maravilloso!.-Grito entusiasmada mientras doy vueltas por el jardín.

Tal vez parezca una nena de 5 años. Pero... ¡Está soy yo! Y no me importa lo que los demás piensen de mí.

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