Capítulo 50: "Toda suya majestad"

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Maldita locura la de esa mujer. ¿Como? ¿Como se atreve a burlarme de esa manera tan descarada? ¡Oh Hürrem!, ¿que ha sido de ti?

Mi dulce luna jamás participaría en un complot, no sería capaz de lastimar ni al animal más indefenso. ¿Y pensar que la insolente acuso a mi Belinay de conspirar en contra de mi hermana? No, mi hermana no, Hatice.

¡Es inaceptable!

La madre de un Shaezade no puede hacer tal escándalo frente a simples esclavos.

Es hora, hora de que aprenda su lugar, que esto es un harén. Siempre supe que su avaricia traspasaba todo, incluso el amor que dice sentir por mi.

Te ame tanto mi rusa, y sin embargo ahora...todo me parece tan lejano. ¿Cuando deje de quererte a mi lado? ¿De perdonar que pasases sobre mi? ¿Cuando deje de sentir por ti?

Solo soy un poeta enamorado dándome cuenta que jamás he amado. Un amor verdadero es longevo, perdura en el tiempo, atraves de los años e incluso luego de la muerte.

Almas valerosos uniéndose en cualquier lugar, espacio o tiempo. Es infinito, almas en cuerpos distintos buscan encontrarse, unirse y complementarse.

Este poeta teme no encontrar a su complementario.

¿Si no he sentido amor por las mujeres de mi vida, que he sentido?

Atracción, pasión, sentimiento, emoción, enamoramiento...

Debo de poner orden, de lo contrario todo se escapará de mis manos.

- Majestad. - la mujer en mis piernas, sensual.

De inmediato dejo el anillo sobre la mesa y volteo abruptamente su rostro, tomándola de la mandíbula con brusquedad. Con la misma ferocidad invado su boca sin permiso, con el salvajismo propio me apropio de su cavidad bocal explorando hasta el último rincón, y tiro de su cabeza hacia atrás cinchando con fuerza su trenza bien formada.

Tomo su cuerpo ferozmente sin darle opción, dominante, hambriento, desesperado por sus dulces labios de miel.

¿Estuviste comiendo miel mi dulce flor de néctar?

No la suelto, siquiera cuando hace el amague de hacerse hacia atrás. No la dejo respirar, la tomo entre mis brazos subiendo su delicado vestido azul y dejando a la vista sus frágiles piernas brillosas . Invado su boca por completo, explorando hasta la parte mas minisuosa.
Nuestras lenguas se rodean dándome a probar mas de su dulzor.

Empieza a faltarle el aire y me veo en la obligación de dejarla escapar y bajar mis besos a su mandíbula y cuello.

- ¡Ahh! - murmura exitada. - ¿Esta usted tan necesesitado de afecto mi sultán?

Beso su cuello dejando varias marcas. - ¡Oh! No sabes cuanto mi dulce flor de néctar.

- ¿Mi dulce fl...¡Aahh! - Se interrumpe cuando bajo a sus senos. - ...flor de..¡aaahh!...de néc...néctar?

Desgarro con violencia su vestido en la parte delantera, ya no aguanto, tomo entre mi mano uno de sus senos y juego con él mientras beso al otro con brutalidad. Los botones y perlas salen volando descontroladamente al desgarrar sus hombros y parte de la espalda.

- ¡Maldito salvaje! ¡Bárbaro! ¡Era hermoso! - Lloriquea. - ¡Mi vello vestido del color del mar! - Dramatiza enfadada.

- ¡Oh mi bella sultana!, juro que mandare a hacer los más hermosos vestidos para ti. Pero ahora déjame tomar tu cuerpo.

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