Capítulo 12: ingenua.

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¿A quién engaño? Estos tipos no saben lo que es un no por respuesta, lo más seguro es que si me niego a ir ellos vengan por mi y me castiguen, y todos aquí sabemos que quiero a los látigos y calabozos lejos de mi.

Me coloco un vestido blanco con un cinturón dorado y algunas joyas. A pesar de no haber recibido regalos de su majestad (que misteriosamente me ha hecho sentirme bien, al menos no siento que haya pagado por sexo), las habitaciones de favoritas cuentan con algunas joyas y vestidos, aunque no sean igual de valiosos que los que los sultanes regalan. El invierno aún se hace notar por eso decido ponerme una capa color dorada.

La puerta se abre abruptamente y entra  mi compañera de cuarto Derya, al pasar el tiempo nos llevamos cada vez mejor

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La puerta se abre abruptamente y entra mi compañera de cuarto Derya, al pasar el tiempo nos llevamos cada vez mejor. Aún no entiendo cómo el sultán desprecio a tan maravillosa y bondadosa mujer, además es tan hermosa que por ella me haría lesbiana, pero claro el sultán prefiere a las víboras.

- Escuche que el sultán te llamo. - la miro con culpa, pero ella me sonríe tiernamente - no te preocupes ya te dije, no amo al sultan.

Lo dice con tanta seguridad y una voz tan dulce que le creo pero de igual modo decido aclarar las cosas.

- Siento en verdad esto, eres una buena persona y amiga, no quisiera que esto arruinase la pequeña amistad que tenemos Derya.

- ¿De que hablas? Jamas te juzgaria por esto, no es tu culpa. Mira el sultán me tiene aprecio y por eso él me mantiene en el puesto de favorita, sin mas ninguno de los dos a llegado a sentir algo por el otro. Todos me creen infertil, pero la verdad es que siquiera hemos yacido en la misma cama mas de dos veces.

Abro mi boca en una perfecta o, ¿que? ¿Solimán tienen un cariño distinto por ella? Y yo pensando que él solo la llamaba cuando se acordaba de ella o le interesaba saciarse con ella.

- Vamos déjame peinarte, no hagas esperar al sultán.

Me siento en la silla que esta frente a un pequeño tocador y ella empieza a peinar suavemente mi cabello, intentando no desarmar mis ondas. Deja este suelto con una trenza que funciona de corona.

- Gracias. - digo cuando finalizó, ella me da un corto abrazo y me anima a salir.

Así lo hago cruzó el harén y las muchachas se me quedan viendo. Asique el rumor ya se ha esparcido. Sin embargo Nur y María se me acercan y me desean suerte.

- Si el sultán te a llamado nuevamente es porque no conseguido olvidarte suyo Gözde.

- ¡Ay que dices Nur! Por Dios llámame por mi nombre. - digo al separarme del caluroso abrazo.

Miro de reojo a Hürrem quien arde de furia y le sonrió.

- Solo intenta no volar mucho, sabes que puedes caer en cualquier momento. - la miro confundida.

¿Porque María quien siempre ha sido la primera en apoyarme en esta locura actúa así?

- ¿Porque le dices eso? - le dice Nur extrañada. - Su futuro es grande. - dice ahora con orgullo.

- Lo digo porque soy su amiga y no quiero que sufra.

- No te preocupes Maria, - digo agarrando sus manos. - yo sabré cuidar de mi corazón.

Salgo del patio aún confundida por haber tenido esa extraña conversación con Maria, tal vez ya se halla dado cuenta de que no es posible que logre enamorar a Solimán...

No seas ingenua...está celosa.

¡Cállate víbora! Ella es mi amiga y como tal se debe de preocupar por mi y por eso me dice eso. Si, eso debe de ser. Además, ¡vamos! Ella tiene razón, a parte desde que llegamos a querido lo mejor para mi, es mi amiga y me lo ha demostrado todo este tiempo.

















E.

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