Capítulo 16

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NOAH

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NOAH

Me siento como un tonto. No me gustan los trajes y mucho menos los que cuestan una fortuna. No me agradan las corbatas ni los moños, tampoco sentir que un movimiento en falso me costará una camisa de doscientos dólares. ¿Por qué a la gente le gusta vestirse de gala? No es cómodo ni económico.

Mirando mi reflejo en el espejo, hago una mueca. Mi madre estaría encantada de verme y quizás debería mandarle una foto porque sé que tarde o temprano comenzará a exigirme conocer a mi esposa. He esquivado el asunto con la excusa de las clases, pero no creo que dure mucho más.

—¡Noah, apúrate o llegaremos tarde!

—¡Déjame en paz, Francine!

—¡No me llames Francine!

Para demostrar aún más su insistencia, golpea repetidas veces la puerta de mi habitación. Por todos los cielos, si hubiese sospechado que se pondría tan molesta por la tonta cena, nunca le habría dicho que sí.

—¡Terminaré cuando tenga que terminar!

—¡Eres peor que mi madre!

—¡Lo mismo digo, Francine! Lo mismo digo.

Golpea de vuelta la puerta y con eso termina de sacarme de mis casillas. Camino con rapidez y abro de un tirón, ganándome una mirada de absoluta molestia. Acabo de cambiar de parecer, me sigue dando miedo.

—¿Qué demonios estabas haciendo? —Su ceño se frunce y sus bonitos ojos resplandecen como las llamas del infierno—. ¿Te estabas afeitando los testículos de nuevo?

—¿Cómo es que puedes parecer educada? Hablas peor que un camionero.

—¿Ya terminaste? Es hora de irnos.

—¿Tú ya terminaste? Sigues en bata.

Rueda los ojos y tira sobre su hombro un mechón de cabello perfectamente liso. No creo que sea buena idea mencionar que me gusta más su cabello rizado y su rostro sin maquillaje, pero así es. Ella se ve bien, siempre lo hace y se ha arreglado para lucir como toda una chica con clase, con colores suaves en el rostro y joyería sencilla. Si la viera en la calle, me apartaría por miedo a que me acusara.

De una boda y otras mentirasWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu