Capítulo 39

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NOAH

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NOAH

Lo peor que podía pasar, pasó y ahora es difícil saber cuál es el paso correcto. Fran no ha dejado de llorar desde que la expulsaron de la hermandad y le quitaron su beca, no puedo culparla porque la situación es una mierda y la única que ha salido desfavorecida es ella.

He decidido que odio a Celestine y no creo que alguna vez cambie de opinión. Milan fue la encargada de contarme sobre el tonto juicio y cómo esa mujer estaba decidida en humillar a Fran. Como si quitarle su oportunidad para estudiar no fuera poco, decidió que hablar con el decano era la mejor idea.

Sí, la odio. Y no creo ser el único.

Dejar a Fran sola en el apartamento no me sentó bien, principalmente porque se ha negado a hablar con alguien y ha creado una fortaleza en su habitación. Sin embargo, pese a mi necesidad de estar a su lado por si algo surge o por si decide dejarme consolarla, no podíamos tener esta reunión en la sala de estar.

Tony y Milan están frente a mí en un cubículo de la cafetería más popular del campus, tenemos comida frente a nosotros, pero casi no la hemos tocado. No estamos aquí para disfrutar las deliciosas papas fritas, estamos aquí para intentar salvar la vida académica de mi esposa.

—En verdad esa mujer es un asco, quise matarla con mis propias manos desde el momento en que comenzó a hablar. Miraba a Fran como si fuera una peste, nada mejor que una piedra en su zapato.

—No estás precisamente en una institución de personas de bajos recursos, Milan. ¿En verdad esperabas que las dirigentes de Kappa fueran humildes y consideradas?

—Lo lamento por creer que estaba en el lugar correcto, Anthony. No todos aquí tenemos un gurú que nos dice qué hacer.

—Chicos...

—Yo no tengo un gurú, se llama conciencia. ¿Sabes lo que es? ¿Has visto Pinocho?

—¿Por qué siempre tienes que decirme algo grosero?

—Chicos, por favor...

—¿Por qué siempre tienes que actuar como una niña mimada, Milan? Bienvenida al mundo real, nadie va a curar tus heridas.

De una boda y otras mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora