Capítulo 27

81.5K 7.5K 3.8K
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NOAH

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NOAH

El año nuevo está a pocas horas de distancia y mi vida es por completo distinta a como la imaginaba pocos meses atrás. Tengo una esposa, una suegra y una gran cena esperando en el comedor. Se siente extraño y... bien. Por primera vez en mi vida me alegro de haber cometido una locura porque he conocido a una chica increíble y también a una parte nueva de mí.

Arreglo el cuello de mi camisa mirándome al espejo y asiento conforme con el resultado. Preferiría cenar en pijama, pero mi abuelo es muy exigente respecto a cómo nos vemos en estas fechas. Para él son especiales y hay que respetarlas, para mí son un día más que olvidaré con el pasar de las horas. Incluso esta misma noche si tomo algo de vino.

—Fran, iré abajo —le hago saber elevando la voz—. No tardes mucho.

—Ya casi termino, solo tengo que lograr que mi ojo derecho se vea igual de prolijo que el izquierdo.

—¿Y cuánto tiempo te llevará eso?

Saca la cabeza por la puerta del baño y me enseña su ojo pintado contra el otro que está limpio.

—Yo diría unos diez minutos si no me pongo caprichosa.

—Bien, le haré saber a mi abuela. Por cierto, te ves linda.

Su sonrisa se ensancha y noto que sus mejillas toman un ligero color rosado.

—Gracias, Noah. Tu madre me regaló este vestido, fue muy lindo de su parte. Oye, por cierto, nunca te di tu regalo.

—¿Me compraste un regalo?

Asiente y sale del baño tras dejar su maquillaje acomodado. Camina hacia el armario y busca su bolso de viaje del cual saca una pequeña caja envuelta en papel dorado.

—Espero que te guste y si no, no tiene cambio.

—Seguro me gustará.

Recibo la caja y no dudo en abrirla para saciar mi curiosidad. En su interior descansa una sencilla cadena plateada que luce mucho como la que solía usar de adolescente. No sé si tuvo ayuda de Tony para conseguirla o fue puro instinto, pero me encanta porque me recuerda a ese regalo que mi padre me hizo y en un descuido perdí.

De una boda y otras mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora