Capítulo 20

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FRAN

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FRAN

Las piernas me pesan y la cabeza me martilla mientras subo las escaleras hacia el departamento. Han puesto el ascensor en mantenimiento y quiero llorar porque no me apetece subir ochenta y siete escalones luego de trabajar horas extras. Entro quejándome por el ejercicio extra y encuentro el lugar en silencio, seguro Noah sigue con Tony lo cual es todo un alivio para mí.

Esta noche era el último partido de la temporada antes de las vacaciones de invierno y me habría encantado ir, pero tuve que decidir entre ganar dinero o pasarla bien en una fiesta. Debido a los días que pasaré en casa por las fiestas y luego el viaje a New Jersey para fingir ser la adorada esposa de Noah Wayne, tendré pocos ingresos por lo que cada dólar extra es una bendición.

Dejo mi bolso en el perchero junto a la puerta de mi habitación y me quito las botas dando saltitos torpes. Tras ponerme el pijama más calentito que encuentro, salgo hacia el baño para terminar mi día. Al entrar, me lleva dos segundos darme cuenta que la luz del húmedo cuarto está encendida y que no estoy sola.

Mi esposo falso me observa con sorpresa por mi interrupción y me quedo de piedra mirándolo. Una toalla cuelga de sus caderas y tiene el cepillo de dientes en la boca con un poco de espuma escapando de su comisura derecha. Lo observo de arriba abajo en mi sorpresa, deteniéndome más de lo necesario en la fina línea de vello que baja por su vientre y se pierde en la toalla.

—Lo lamento —suelto con la voz ronca, de pronto se me ha formado un nudo en la garganta—. Creí que estaba sola.

—No te preocupes, podrías haberme encontrado en el inodoro.

Quiero sonreír ante su comentario, pero las cosas han estado tan tensas entre nosotros que se siente incorrecto. Ha sido mi culpa, por supuesto. Lo he evitado como si fuera una plaga, intentando encontrar la manera adecuada de disculparme con él por presionarlo y aprender a vivir con la culpa.

—Buenas noches, Noah.

Escapo con rapidez, casi llevándome la puerta por delante al salir. Me apresuro hacia mi habitación y suelto un grito de sorpresa cuando me toma de la cintura y me mete al dormitorio sin mediar palabra. Cierra la puerta con fuerza tras de sí y se apoya contra la madera luego de dejarme ir. ¿Qué demonios?

De una boda y otras mentirasWhere stories live. Discover now